Washington - La candidatura de Donald Trump a la Presidencia de EEUU por el Partido Republicano, una de las mayores sorpresas electorales de los últimos tiempos en el país y repudiada ayer por ex altos cargos, ha dado pie a numerosas teorías de la conspiración, algo a lo que el propio aspirante es muy aficionado. Estas teorías van desde la política-ficción más plausible a auténticos casos de paranoia electoral, con seguidores que ven en cada acción del magnate un nuevo elemento que las explica.

La principal teoría de la conspiración, que circula por internet casi desde que el multimillonario anunció su intención de presentarse en junio de 2015, es la de que Trump sea en realidad un submarino de su rival demócrata, Hillary Clinton, para torpedear las posibilidades electorales del Partido Republicano y dividirlo.

Esta teoría se ha visto alimentada principalmente por la relación que los Clinton, Hillary y el expresidente Bill Clinton (1993-2001) han mantenido desde antaño con el magnate, a cuya boda con Melania, su actual esposa, asistieron en 2005 en un exclusivo club propiedad del multimillonario. Pero también por el hecho de que Trump, que nunca ha militado en el Partido Republicano, ha sido un viejo donante del Demócrata y de los Clinton, con cuyas campañas políticas se ha mostrado generoso, así como con la Fundación Clinton.

Esta teoría de que Trump pudiera tener un acuerdo secreto con los Clinton tuvo en su momento un defensor de lujo, Jeb Bush, uno de sus principales adversarios, que partió como favorito por ser hijo y hermano de expresidentes.

“Quizá Donald Trump negoció un acuerdo con su amiguita Hillary Clinton, Si seguimos por este camino, la va a llevar a la Casa Blanca”, escribió Jeb Bush en un arranque premonitorio en su cuenta de Twitter en diciembre pasado, cuando el magnate ya despuntaba en las encuestas.

Trump conjugó sus apoyos tanto a demócratas como a republicanos, una práctica que no es extraña en Estados Unidos, pero con una inclinación mayor por el Partido Demócrata, al menos hasta 2012, cuando empezó a centrar sus aportaciones en los republicanos.

Otra teoría que va un paso más allá es la que sostiene que Trump en realidad no tiene ninguna intención de convertirse en presidente y se metió en la carrera electoral para llevar la notoriedad que ha conseguido como estrella del programa de televisión The Aprentice a un nivel superior.

Son muchos los convencidos de esta teoría, como el profesor emérito de política del Occidental College, Peter Drier, y quienes creen en ella explican así las constantes metidas de pata y recurrentes polémicas que genera el multimillonario.

Trump “se caga de miedo” ante la idea de ganar la candidatura presidencial, y “se acuesta todos los días excitado por la atención mediática que conseguirá al día siguiente y preocupado de realmente poder vencer”, escribió Drier.

¿ALiado ruso? Otra teoría que mezcla la conspiración, la ficción política y la paranoia internacional es la que apunta a que Trump pudiera ser en realidad un peón del Kremlin y trabajar al servicio del presidente ruso, Vladimir Putin. Pese a lo retorcido de esta hipótesis, los reiterados intercambios de halagos y la extraña fascinación que Trump tiene por Putin le dan cierta credibilidad. “En el negocio de la inteligencia, diríamos que el señor Putin ha reclutado al señor Trump como un agente inconsciente”, opinó el pasado viernes el exjefe de la CIA Michael Morell.

En vísperas de la convención del partido, el Comité Nacional Demócrata fue objeto de un ciberataque que permitió la divulgación de 20.000 correos electrónicos comprometedores por parte de WikiLeaks, algo de lo que Hillary Clinton culpó a Rusia.

Por si fuera poca prueba, según los defensores de la teoría, el propio Trump, que tiene inversores rusos en sus negocios, animó días después a Moscú a obtener más correos de sus rivales para ponerlos en entredicho. Pero en lo que se refiere a conspiraciones, el magnate de los casinos parece ser un campeón, especialmente en lo referente al presidente Obama, ya que ha dicho que nació en Kenia y, por ello, debía habérsele impedido acceder a la Presidencia, algo por lo que ha sido objeto de mofas por parte del propio gobernante.

También ha asegurado que el verdadero nombre de Obama es Barry Sowoto o Sotoro, que en realidad es musulmán, que su historial académico ha sido falsificado y que, por su culpa, ha sido objeto de una persecución por parte de las autoridades fiscales.

Dudas en su partido Medio centenar de ex altos cargos republicanos que ocuparon puestos de seguridad nacional publicaron una carta en la que expresan su oposición a la candidatura de Donald Trump por el partido conservador al considerarlo un “peligro”. En la misiva, los republicanos aseguran que “Trump no está cualificado para ser comandante en jefe” y que será un “presidente peligroso que pondrán nuestra seguridad nacional y bienestar en peligro”.

No obstante, el texto no da un apoyo explícito a la candidatura de la demócrata Hillary Clinton, aunque aseguran que “Trump no es la respuesta” a las dudas que despierta la ex secretaria de Estado. Los firmantes critican la “falta de carácter, valores y experiencia”, así como de conocimiento básicos para gobernar del magnate, lo cual debilitará a Estados Unidos en todo el mundo. “El señor Trump ha demostrado una falta de entendimiento repetida del interés nacional y de sus complejos desafíos diplomáticos, sus indispensables alianzas y los valores democráticos en los que se basa la política exterior estadounidense”, añade.

El exjefe de la CIA aseguró que las buenas relaciones entre el candidato republicano y el presidente ruso se deben a que Putin usa a Trump para torpedear a Estados Unidos. Esta es una de las teorías de la conspiración que rodean al magnate de los negocios, que tiene muchos socios en el país ruso, al que no ha dejado de halagar.