Londres - La laborista Angela Eagle tenía previsto anunciar ayer que presentaba su candidatura a las primarias para hacerse con el liderazgo laborista. Defendiéndose como la candidata para conseguir la unidad del partido, tras perder Jeremy Corbyn la moción de confianza que ella misma presentó y para poner fin al tenso ambiente por la ola de dimisiones en su grupo parlamentario. Sin embargo, la parlamentaria decidió cancelar la rueda de prensa prevista para anunciar su decisión. Eagle, ministra de Negocios a la sombra durante el mandato de Corbyn hasta su dimisión el pasado fin de semana junto a otros 19 laboristas, tendría un total de 51 apoyos de otros diputados para poder presentar su candidatura.
En su carrera por el liderazgo, podría competir en las primarias con el ex ministro en la sombra de Trabajo y Pensiones, Owen Smith, quien también está considerando la oferta y sus opciones de imponerse. A ellos, se sumaría Corbyn de nuevo: “Si Angela presenta el reto y pierde, el partido podría romperse de forma permanente”, lamentó el líder de la oposición.
Además, los laboristas en la circunscripción de Wallasey y Merseyside, que lidera Eagle desde el año 1992, se oponen a la petición lanzada por su representante contra Corbyn. “Queremos que Eagle dimita como diputada, ya que no representa nuestros puntos y nuestros deseos. Ella debería haber apoyado a Corbyn, no renunciar”, dicen en un comunicado.
Además, el vicepresidente laborista en el área de Wallasey y Merseyside, Paul Davis, defendió como a “Corbyn no se le ha dado la oportunidad de ser un buen líder”, enfatizando como “está siendo apuñalado por la espalda todo el tiempo por su propia gente de los bancos laboristas, es muy difícil que transmita su mensaje. Así que, sí, yo creo que es un buen líder”.
En el extremo opuesto, los miembros de la circunscripción de Corbyn afirmaron que continuarían dándole su apoyo. “Los parlamentarios están viviendo en su propia pequeña burbuja, su orquestación de la misma es atroz, que se caracteriza por una falta total de democracia”, lamentó uno de ellos en declaraciones a la radio.
Así, más de 240 representantes laboristas a nivel municipal firmaron una carta prometiendo su apoyo a Corbyn, tras la moción de censura en la que 172 diputados votaron en contra del líder. “Estamos consternados por el intento de algunos dentro del grupo parlamentario laborista de expulsar a nuestro líder elegido democráticamente”, explicaron en un comunicado.
Corbyn también tiene el respaldo de diez de los principales sindicatos británicos. En una declaración conjunta, subrayaban como fue “elegido líder hace diez meses y se aseguró un mandato rotundo en virtud de un procedimiento electoral plenamente apoyado por el laborismo”.
“Sería totalmente contraproducente para las personas que representamos si ahora, menos de un año después de que Jeremy fue elegido fuera a ser expulsado de la oficina”.
Los consejeros describen las acciones de algunos miembros del Grupo parlamentario laborista como “autoindulgente” e hicieron hincapié en que el partido se arriesga a perder los seguidores logrados desde que Corbyn se convirtió en líder.
convencerle para que dimita Mientras, el segundo en las filas laboristas Tom Watson, intentó convencer de nuevo a Corbyn de que dimitiese, pero este le respondió que esto sería “traicionar” a los miembros del partido que lo eligieron hace menos de un año. Pero Watson está preocupado, al igual que otras figuras de alto nivel del partido, por las amenazas a las que se enfrenta el laborismo sobre su futuro, e incluso su existencia. Watson también explicó lo que pasa por la mente de su líder. “Creo que se siente muy fuerte porque él tiene el mandato de los afiliados”, dijo, apuntando a como el responsable laborista de Economía, John McDonell, es su máximo apoyo: “Obviamente, él y su equipo le han dicho que se quede, y ha decidido que va a aguantar”.
Por su parte, el ex ministro del Interior, Alan Johnson, que dirigió la campaña Laborista durante el referendo sobre la permanencia en la Unión Europea, se sumó a los que presionan a Corbyn para que dimita, denunciando “incapacidad para asumir la responsabilidad, demostrar liderazgo o dar la más mínima indicación de que es capaz de ir más allá de los tópicos sin sentido”.
Durante la presentación de un informe sobre el racismo en el partido laborista, la diputada judía Ruth Smeeth se sintió agredida por los comentarios de una compañero y vio como Corbyn no salió en su defensa. Por lo que a los pocos minutos declaró, que las filas laboristas no son “un lugar seguro para los judíos” y se sumó a los llamamientos para que su líder dimita, alegando la necesidad de un dirigente que pueda confrontar “el racismo y el antisemitismo”.