Atenas - Grecia trata de disminuir la presión sobre los campamentos de refugiados y centros de detención cuya capacidad haya sido ampliamente superada para tratar de evitar incidentes violentos como los del martes en Lesbos, que causaron 15 heridos. Para ello el Ejecutivo tiene como objetivo trasladar a decenas de migrantes de los centros desbordados a otros con espacio disponible.
La situación más crítica se da en los campos de detención de las islas del Egeo oriental, en los que la tensión no deja de aumentar, ya que a la superpoblación hay que sumar el régimen de confinamiento de los refugiados. El martes en el centro de Moria, en Lesbos, una revuelta en el recinto de menores no acompañados se saldó con 15 heridos, todos ellos refugiados, ya que en ella tuvo que intervenir la policía antidisturbios, que llegó a lanzar botes de humo.
Mientras en los centros de detención de Lesbos y de Quíos el número de refugiados alojados supera en centenares las plazas disponibles, en el de Leros, por ejemplo, de las 1.000 plazas proyectadas hay solamente 327 ocupadas.
El Gobierno griego inició el traslado a Leros de 120 personas desde Lesbos y 200 desde Quíos para aligerar la carga de los dos primeros. No obstante, mientras los 120 de Lesbos llegaron sin más problemas a Leros, del grupo de refugiados de Quíos solamente 39 desembarcaron en su destino debido a que en el puerto de salida un grupo de siete activistas extranjeros hizo correr el rumor de que iban a ser transportados a Turquía, y esto hizo que 161 de los migrantes optaran por escapar de la embarcación. La policía local de Quíos confirmó que detuvo a dos de los siete activistas, una española y una mexicana, que tras presentarse ante el fiscal fueron puestas en libertad con cargos, y que sigue buscando a los refugiados que se marcharon del ferri para “devolverlos al centro de detención”.
Al mismo tiempo, en territorio continental las autoridades helenas reubicaron ayer a 325 migrantes y refugiados desde el campo improvisado del puerto ateniense del Pireo al centro de acogida de Skaramagá, en la periferia de la capital griega. “La reubicación de los refugiados en el puerto de El Pireo evoluciona satisfactoriamente, y eso permitirá que El Pireo funcione sin impedimentos los días de Semana Santa (ortodoxa, esta semana)”, aseguró el portavoz del Gobierno para la gestión de los refugiados, Yorgos Kyritsis, tras reunirse ayer con el primer ministro, Alexis Tsipras.
Según las cifras oficiales, quedan más de 2.700 refugiados en las instalaciones del puerto, a las que ayer se sumaron 52 provenientes de las islas del Egeo oriental. Kyritsis se congratuló porque “el objetivo” de las reubicaciones era primeramente “que El Pireo funcionara plenamente los días de Pascua”, y eso se da “por conseguido”, y añadió que el resto de refugiados “serán reubicados gradualmente” después de las fiestas.
Respecto al campo improvisado de Idomeni, en el norte del país, Kyritsis confirmó que en los próximos días estarán listas “unas 4.500 plazas en los nuevos centros de acogida”, tras lo cual en “diez días” se reubicará a un tercio de los que están en el campamento en la frontera greco-macedonia. Las autoridades acondicionarán dos antiguas fábricas, un almacén de una cadena de supermercados en quiebra y otro almacén de una empresa de logística también en quiebra en el norte del país, que se transformarán en centros de acogida, uno situado en Oreókastro (cerca de Kilkís) y los otros tres en Kalojori, en la periferia de la ciudad de Salónica. - Efe