Bruselas -La Fiscalía federal belga cree que había motivos para temer nuevos atentados por el tipo de armas hallados durante el operativo que llevó a la detención, el pasado viernes, de Salah Abdeslam, y, aunque no quiso revelar detalles de la investigación, sí ironizó con que las armas “no eran para ir de picnic”. “En cuestiones de terrorismo, intentamos intervenir antes de que sucedan las cosas, por eso no podemos decir lo que hubiera sido. Pero podemos hacer suposiciones y, encontrar combatientes con armas en una casa, no creo que fuera para ir de picnic”, declaró el fiscal federal encargado del caso, Frédéric Van Leeuw.
El pasado martes, un presunto yihadista murió abatido por la Policía en un apartamento en el barrio bruselense de Forest, en donde las fuerzas de seguridad hallaron al menos un kalashnikov, numerosos cargadores para ese arma, una bandera del grupo terrorista Estado Islámico y rastros de ADN de Abdeslam, que podría haberse dado a la fuga durante el asalto de ese mismo día. Según la cadena RTBF, también se encontraron en el lugar “varios detonadores”, aunque este dato no ha sido confirmado por la Fiscalía. Van Leeuw se mostró muy prudente a la hora de exponer el caso para no entorpecer una investigación que sigue en curso, ni la búsqueda de otros sospechosos que siguen fugados de la justicia.
Precisamente ayer, las autoridades lanzaron una nueva alerta para solicitar la colaboración ciudadana y obtener información sobre Najim Laachraoui (mayo 1991), cuya identidad real no se ha dado a conocer hasta ayer, pese a que los investigadores le relacionan con Abdeslam.
fabricó los cinturones explosivos Según la cadena RTBF, Laachraoui no sólo fue uno de los acompañantes de Salah Abdeslam meses antes de los atentados -cuando fueron identificados en un control policial en la frontera entre Austria y Hungría-, sino que participó en la fabricación de los cinturones explosivos con los que se inmolaron al menos dos de los yihadistas el 13 de noviembre en París.
Van Leeuw evitó confirmar esta información y no quiso responder a si las pruebas obtenidas hasta el momento permiten aclarar si Abdeslam ha pasado los últimos cuatro meses refugiado en el barrio de Molenbeek, de donde es originario. La Fiscalía halló huellas y rastros de ADN del terrorista en al menos la vivienda de Forest y, según varios medios, también en otro apartamento registrado meses atrás. “No es posible poner fecha a las huellas o ADN”, se ha justificado el fiscal.
En cualquier caso, celebró que la investigación haya permitido obtener “bastantes piezas del puzzle”, aunque quede “mucho” para “completarlo”.
Pese a la escasa información que reveló en su comparecencia ante la prensa, el fiscal sí dejó entrever que Abdeslam había cambiado de aspecto durante el tiempo en que ha permanecido escondido.
“No soy fisonomista, pero yo no le hubiera reconocido”, aseveró Van Leeuw, a preguntas de los periodistas sobre si Abdeslam había modificado su aspecto.
También confió en que Abdeslam coopere con los investigadores belgas para “llevar luz a la investigación y aclarar las sombras” del caso, tal y como ha prometido el abogado del detenido.
El letrado, Sven Mary, aseguró en declaraciones a diversos medios durante los últimos dos días, que Abdeslam está dispuesto a colaborar y aseguró que el testimonio de su defendido “vale oro”.
Mary, polémico legalista que ya ha defendido a otros acusados de extremismo en Bélgica, ha avisado de que recurrirá la extradición de Abdeslam a Francia. - E.P.
Tres meses para la extradición a Francia. El fiscal francés del caso, François Molins, está en Bruselas para coordinar la investigación con las autoridades belgas y tratar de agilizar la extradición de Abdeslam. Molins aseguró que tanto la Justicia gala como las familias de las víctimas del 13-N esperan que la extradición se produzca “cuánto antes”, aunque Bruselas cree que podría el proceso podría alargarse hasta tres meses si el acusado recurre hasta el Tribunal de Casación.