BRUSELAS. Tras los interrogatorios, la Policía no consideró adoptar medidas contra ellos porque "no daban señales de una posible amenaza", según informó el portavoz de la Fiscalía federal, Eric Van der Sypt, al mismo medio.

Agregó que Ibrahim Abdeslam, de 31 años "intentó ir a Siria, pero solo consiguió llegar a Turquía".

Los interrogatorios de los dos hermanos se produjeron a principios de 2015, tras el regreso a Bélgica procedente de Turquía de Ibrahim, a quien únicamente se le consideraba sospechoso de querer desplazarse a Siria.

"Sabíamos que se habían radicalizado y que querían ir a Siria (pero) no mostraban señales de una posible amenaza. Incluso si hubiéramos avisado a Francia, dudo que hubieran podido detenerles", añadió.

Ibrahim, que murió en París al detonar un cinturón de explosivos en los atentados de París, no fue perseguido "porque no teníamos prueba de que participara en actividades de un grupo terrorista", indicó el portavoz de la Fiscalía.

Por su parte Salah Adbeslam, de 26 años, sospechoso también de haber participado en los atentados y en busca y captura internacional, era conocido de la justicia belga por robos y tráfico de droga.

Éste, según se supo hoy, tuvo un problema en febrero pasado en Holanda en un control de tráfico cuando la Policía encontró una pequeña cantidad de drogas en el interior del coche en el que viajaba, aparentemente con uno de sus hermanos, hacia Bélgica.

En el control de tráfico, los datos relativos a Abdeslam no aparecieron en los sistemas policiales, por lo que, tras desembolsar 70 euros a modo de multa, pudo marcharse.

Los hermanos Abdeslam eran dueños del bar "Les Beguines", en el distrito bruselense de Molenbeek, que había sido cerrado el pasado 4 de noviembre por tráfico de estupefacientes.

Las autoridades belgas buscan además de a Salah a otro presunto terrorista que habría fabricado los cinturones explosivos que fueron accionados por los atacantes en los atentados el viernes por la noche en París, según informa hoy el grupo de diarios Mediahuis.

Se trata de un hombre identificado como Mohamed K, nacido en las Antillas y que vivía en Roubaix, en el norte de Francia.

La Policía francesa ha enviado una orden de busca a sus homólogos belgas en relación a esta persona, que es calificada de extremadamente peligrosa por sus conocimientos de explosivos y de sistemas de detonación.

La Justicia sospecha que estuvo en contacto con Salah durante y después de los atentados de París.