KATMANDÚ. Un seísmo de 7,8 grados en la escala de Richter sacudió ayer el valle central de Nepal, provocando la muerte de 2.357 personas y heridas a 6.237, y dejando viviendas destruidas, carreteras destrozadas y las telecomunicaciones y conexiones eléctricas muy dañadas en esa zona.

El movimiento telúrico causó varias avalanchas en el Everest que enterraron parte del campamento base donde se encontraban 1.000 escaladores y guías, entre ellos 400 extranjeros, que se preparaban para el ascenso en pleno comienzo de la temporada de escalada, de acuerdo con el Ministerio nepalí de Turismo.

Durante toda jornada de hoy helicópteros han sobrevolado el techo del mundo en busca de supervivientes.

El secretario adjunto de Turismo, Suresh Acharya, indicó, según los medios locales, que 32 personas han sido rescatadas en esa región y 29 están siendo tratados en el hospital en la localidad de Lukla, cercana al Everest.

Al menos una decena de los 22 montañeros fallecidos son extranjeros aunque hasta el momento no ha facilitado detalles.

Fuentes de ese Ministerio indicaron hoy que hay al menos 51 heridos, 41 de ellos en estado grave.

A media mañana de hoy un nuevo seísmo de 6,7 grados en la escala de Richter volvió a aterrorizar a los nepalíes y provocó nuevas avalanchas en el Everest, aunque sin consecuencias graves.

"Replica a la 1 p.m. Horrible en el campamento 1. Avalanchas en tres lugares. C1 una pequeña isla", tuiteó desde la montaña el alpinista Daniel Mazur.

Desde el campamento base, el montañero Alex Gavan avisó también de los nuevos aludes y horas más tarde escribió en Twitter: "Ahora las cosas están más tranquilas pero grandes zonas del campamento base parecen que han pasado por una explosión nuclear. Hay una gran incertidumbre entre las personas".

Según, Gavan tras el rescate por la mañana de los escaladores heridos todavía quedaban "más de cien" en el campamento 1.

Con la caída del sol las autoridades anunciaron el fin de las tareas de rescate y afirmaron que a la mañana siguiente evacuarían al resto de atrapados en el Everest.

Entre ellos esperan encontrarse los montañeros españoles Javier Camacho y Ricardo Fernández, que se hallan en el campo base del Everest, "muy afectados psicológicamente" y cansados ante la situación "incierta" causada por el terremoto.

"Estamos deseando salir de aquí. Estamos asustados pues los rumores sobre posibles nuevos temblores no cesan. Estamos esperando que nos saquen en helicóptero, pero si no es posible salir por ese medio tenemos la intención de ir caminando hasta Lukla", donde se encuentra un pequeño aeropuerto, dijo telefónicamente a Efe el fotógrafo y montañero Camacho.

A Camacho, miembro de la Asociación Española de Fotógrafos de la Naturaleza (AEFONA), y a su compañero de escalada, Ricardo Fernández, les sorprendió el terremoto en el campo base del Everest, desde donde tenían la intención de afrontar la ascensión del Lhotse -el cuarto pico más alto del mundo- sin ayuda de oxígeno ni sherpa.

Esta noche volverán a dormir con las botas, el frontal y los guantes puestos, preparados para salir corriendo en caso de réplicas.

Esta tragedia en la montaña más alta del mundo llega casi un año después de la muerte de 16 sherpas nepalíes en un alud, en el día más mortal en la historia de la escalada del Everest.

Este es el terremoto de mayor intensidad en casi 80 años en el país del Himalaya y el peor que ha vivido la región en una década, desde que en 2005 un movimiento telúrico causara una tragedia de grandes proporciones en Cachemira, con un balance de más de 84.000 muertos.