Barcelona - Los turistas del crucero MSC Splendida, el barco en el que viajaban las dos víctimas de nacionalidad española del atentado en Túnez, llegaron ayer, aún conmocionadas, al puerto de Barcelona. Miquel Espelet, uno de los pasajeros, se encontraba en el Museo del Bardo con su mujer y otros familiares justo en el momento del atentado y había coincidido con el matrimonio catalán, que celebraba sus bodas de oro, en varias excursiones. “Vi a un agresor cerca del autocar que debió de ser el que mató al matrimonio catalán”, explicó ayer a su llegada.
“Estaba fumando un cigarro en la puerta del museo, escuché petardos que en realidad eran tiros”, relató. En ese momento, vio que una ráfaga de disparos se dirigía a él y pensó “pies para que os quiero”, cogió a sus familiares y se escondieron en una habitación del museo gracias a la ayuda de una mujer. “Si llegan a entrar allí nos rematan a todos porque no había salida”, agregó el testigo, quien explicó que las autoridades les llevaron al Parlamento, en el mismo recinto, donde les atendieron muy bien, y después la policía les escoltó hacia el barco. Julia Domuro, una estudiante de Barcelona que iba con un grupo de su instituto de viaje, tuvo más suerte. “Me he asustado porque estábamos muy cerca de allí. Cambiamos los planes al último momento porque nuestro itinerario era ir a la zona del Museo”.
Por su parte, Josepo Lluís Cusidó, el alcalde de Vallmoll, un municipio de Tarragona, señaló a su llegada a Barcelona que “a todos los turistas que encontraban les iban disparando sin perdón”. Cusidó explicó que su grupo hizo una visita al museo y vio disparos cuando estaba comprando unas postales de recuerdo. “Al lado mío empezaron las ráfagas de ametralladora tirando contra todos los autobuses”. El alcalde relató que vio relató que vio directamente la acción de los terroristas y cómo las víctimas “cayeron como moscas”. “Entramos dentro de vestíbulo, fuimos corriendo, entraron detrás de mí los terroristas, yo me puse detrás de una columna y las balas me pasaban por los lados”, contó.
Junto a su familia, Cusidó logró esconderse en un balcón donde estuvieron unas horas esperando hasta que llegaron las fuerzas especiales para rescatarles. “Escuchamos disparos, bombas a tres metros”. Otra testigo, María José López, explicó que estaba al lado del autocar y por debajo del vehículo empezaron las ráfagas. “Yo vi a un terrorista a la derecha, y los que había al lado de él cayeron al suelo todos muertos. Después, los terroristas entraron en el museo y mataron a todos los del primer piso. Nosotros estuvimos escondidos en un zulo muchas horas en el que había niños y ancianos”, relató. Entonces, la policía les liberó. - E.P.