La amenaza del terrorismo yihadista no es un problema europeo sino global, que afecta muy especialmente a los países musulmanes y al que hay que responder de forma “urgente” con más cooperación con el mundo árabe. “Probablemente por primera vez ha habido una verdadera concienciación de la necesidad de trabajar juntos”, advirtió ayer la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini. Es su diagnóstico tras el primer consejo que celebran los ministros de exteriores de la UE desde los atentados de París de hace dos semanas. Mogherini anunció que trabajarán de forma inmediata en dos nuevas líneas de actuación. La primera para mejorar la comunicación con la población árabe y evitar la radicalización de la opinión pública de esta comunidad, y la segunda para desplegar expertos en seguridad en las delegaciones que la Unión Europea considera más sensibles.

Espías no, “enlaces” “Se trata simplemente de tener sobre el terreno a profesionales que puedan hacer de enlace con expertos en seguridad de los países”, precisó rechazando que se trate ningún embrión de espías europeos. Serán, en todo caso, dos áreas a desarrollar en las próximas semanas y es que parte de la narrativa de los terroristas y de quienes les apoyan, sostiene la italiana, es “que tenemos un doble estándar, que solo nos preocupamos por las víctimas de Europa” pero “las primeras víctimas son árabes y países árabes. Necesitamos trabajar en un diálogo y evitar que haya un choque de civilizaciones”, defendió al término de un Consejo en el que los 28 coincidieron en la necesidad de cerrar una alianza “porque todos nos enfrentamos a la misma amenaza”.

Una mano que Europa tiende muy especialmente a Turquía, a Egipto, a Yemen, a los países del Golfo, del norte de África como Argelia o Túnez. “Los países musulmanes del mundo son los que sufren el mayor peso del terrorismo. Seguirán estando en primera línea y necesitamos trabajar estrechamente con ellos para proteger a esos países y a los de la UE”, coincidió el secretario de exteriores británico, Philip Hammond, sobre el intercambio de información y de inteligencia. Al hilo de este debate, su colega español, José Manuel García Margallo, se ofreció a albergar en España una reunión de los países de la vecindad sur para hablar cómo dar estabilidad a la región aunque desde el servicio de acción exterior europeo no conocían anoche detalle alguno.

Mogherini, que se reunió lo mismo que sus colegas con el secretario general de la Liga Árabe, Nabil Al-Arabi, también avanzó la intención de la Unión Europea de seguir estrechando el cerco a la financiación del terrorismo con la celebración en Bruselas en “los próximos días” de un encuentro a nivel de expertos al que asistirán además de los representantes comunitarios, expertos de Estados Unidos, Australia, Canadá, Islandia, Japón, Noruega, Suiza y Naciones Unidas.

Sobre lo que no hubo debate formal -es competencia de los ministros de interior- es sobre el nuevo registro europeo de pasajeros aéreos bloqueado en la Eurocámara por las dudas de varios grupos sobre las garantías en materia de derechos y libertades y que los gobiernos defienden como un instrumento clave para detectar movimientos de posibles sospechosos. Aún así sí hubo algunas delegaciones que plantearon el tema como el jefe de la diplomacia belga, Didier Reynders, cuyo país desmantelaba la semana pasada una supuesta red yihadista que pretendía atentar contra la policía. “No podemos tener un espacio de libre circulación como es Schengen y que las autoridades de este espacio no dispongan de toda la información”, se quejó apuntando al caso del franco-argelino que asesinó el año pasado a cuatro personas en el museo judío de Bruselas. “Hemos invitado de nuevo a la Eurocámara a relanzar los trabajos”, resumió Mogherini.

Al margen del terrorismo, el segundo gran debate ayer fue Rusia y el debate estratégico lanzado por la UE para revaluar sus relaciones. “Los que esperaban divisiones estarán decepcionados. Nuestras relaciones con Rusia solo cambiarán si aplican los compromisos de Minsk y los últimos acontecimientos no animan”, alertó. En cuanto a Cuba, la UE y representantes de la isla celebrarán una nueva ronda de conversaciones, tras la suspensión de la prevista a finales de 2014, a principios de marzo.