Montevideo - El presidente de Uruguay, José Mujica, cumplió ayer con su compromiso de acoger, en calidad de refugiados, a seis reclusos de la cárcel de Guantánamo (Cuba), que llegaron la pasada madrugada a Montevideo como parte del plan de cierre del penal del mandatario de EE.UU., Barack Obama. Considerados de bajo perfil y riesgo, el Departamento de Defensa de Estados Unidos confirmó la transferencia de Adnan Anham, Ali Hussain Shaabaan, Omar Mahmoud Faraj, Abdul Bin Mohammed Abis Ourgy, Mohammed Tahanmatan y Jihad Diyab, informó ayer la embajada estadounidense en Uruguay en un comunicado.
La llegada de los seis presos -cuatro sirios, un tunecino y un palestino-, confirmada por el Ejecutivo uruguayo, es el primer traslado desde Guantánamo a un país de Suramérica y el segundo a Latinoamérica, después de que El Salvador acogiera en 2012 como refugiados a dos presos uigures, que después abandonaron el país.
Fuentes del Hospital Militar de Montevideo informaron a Efe de que varios de los reclusos fueron trasladados allí tras llegar de noche en un vuelo del Gobierno de Estados Unidos.
“EE.UU. agradece al Gobierno de Uruguay su voluntad de apoyar los esfuerzos para cerrar el Centro de Detención de la Bahía de Guantánamo”, apuntó la embajada en el comunicado, en el que destacó que cooperaron para garantizar que la transferencia se realizara de acuerdo “con las medidas de seguridad y humanidad apropiadas”.
Estos reclusos, de larga duración y contra los que nunca se presentaron cargos, son considerados de bajo riesgo por el país norteamericano y habían sido autorizados para su transferencia fuera del penal al menos desde 2010.
Fueron trasladados en condición de refugiados, por lo que “por razones de seguridad”, la embajada estadounidense en Uruguay declinó ofrecer más detalles sobre su futuro en este país. “Hemos ofrecido nuestra hospitalidad para seres humanos que sufrían un atroz secuestro en Guantánamo. La razón ineludible, es humanitaria”, señaló el presidente Mujica, en una carta pública difundida el viernes.
En su última reunión en marzo pasado, el gobernante uruguayo aceptó la petición de Obama de acoger a estos hombres “sin condiciones”, pero en esa carta reclamó la “liberación” de tres agentes cubanos aún presos y de un independentista puertorriqueño. El veterano político, de 79 años, pidió la excarcelación de los agentes cubanos de la operación Avispa condenados por espionaje en EE.UU. que aún siguen presos: Antonio Guerrero, Ramón Labañino y Gerardo Hernández, así como la de Oscar López Rivera, un independentista puertorriqueño preso desde hace más de treinta años.
Críticas de la oposición Desde un primer momento, la oposición política uruguaya se mostró contraria a la decisión de Mujica de dar cobijo en Uruguay a los reclusos y le acusaron de “comprar un problema” para el país.
En plena controversia, el gobernante decidió postergar el traslado una vez hubiera concluido el proceso electoral, que culminó el 30 de noviembre con la victoria del expresidente Tabaré Vázquez (2005-2010) en una segunda vuelta. “Seguimos igual, aunque haya pasado las elecciones, no somos una sucursal de Guantánamo. EE.UU. debe irse de ahí y menos tener una cárcel ilegal”, señaló en su cuenta de Twitter el presidente del Directorio del Partido Nacional (PN), Luis Alberto Heber.
El senador del Partido Colorado José Amorín también se mostró crítico al señalar ayer que, “mientras hablan de los presos de Guantánamo, el Uruguay que nos enorgullecía se pierde”. Tampoco la población parece estar de acuerdo con la decisión, ya que el 58% de los uruguayos rechazaba en una encuesta en octubre la llegada al país de los presos. - Efe