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Los palestinos inician la titánica tarea de reconstruir una Franja de Gaza arrasada

Por primera vez desde hace 7 años, representantes del Programa Mundial de Alimentos pidieron cruzar el paso de Rafah

Los palestinos inician la titánica tarea de reconstruir una Franja de Gaza arrasadaafp

Gaza - Los gazatíes emprendieron ayer las labores de reconstrucción de la Franja con una mezcla de alivio, temor y sobre todo incredulidad y resignación tras 50 días de intensos e incesantes bombardeos israelíes que han ahondado aún más su ya crónica crisis humanitaria. Apenas quedaba espacio para la alegría en el primer día de alto el fuego permanente, que ha sido respetado por ambos contendientes, ante la negra perspectiva que presentaban las calles, llenas por fin de actividad y gente.

Delante queda una tarea ingente que según explican cooperantes internacionales necesitará varios años, miles de millones de dólares y un marco político más estable que el frágil acuerdo logrado. “El último informe global sobre la Franja aseguraba que ésta sería inhabitable en 2020. Con la destrucción de estos dos meses, probablemente se haya adelantado algunos años”, afirmaba con pesimismo un cooperante europeo. “No solo se han destruido edificios públicos, sino también fábricas privadas. Este sector estaba empezando a resucitar antes de la guerra y ahora está arrasado. Apenas hay opciones de trabajo en una economía que está muerta”, alerta.

No hay cifras oficiales aún, pero las autoridades palestinas calculan las pérdidas en más de 5.000 millones de dólares, mientras que los cooperantes dicen que la factura de la reconstrucción será incluso mayor, porque a los daños estructurales actuales hay que añadir las carencias crónicas. Organizaciones no gubernamentales coincidieron en apuntar que el trabajo será muy largo, ya que muchos de los más de 450.000 desplazados internos no pueden retornar a sus destruidos hogares. “Muchas de las casas no se podrán reconstruir y miles más tardarán más de un año en ser habitables. La canalización está en muy mal estado y el fluido eléctrico también”, explica un funcionario de la ONU.

Ahmad Abaded, es uno de esos desplazados. Abandonó su casa del arruinado barrio de Shahaiye al inicio de la operación terrestre, hace cinco semanas, y desde entonces vive en un aula de una escuela de la ONU. “La guerra ha terminado, pero debemos seguir aquí porque nuestra casa está completamente destruida”, aseguraba. “No sé cuánto tiempo vamos a poder estar aquí y dónde vamos a ir si nos dicen que nos vayamos, pues se dice que las clases empezarán en septiembre”, agregó. Como él, decenas de miles de personas viven una situación similar en las 83 escuelas que la UNRWA se vio obligada a convertir en refugios.

El acuerdo de alto el fuego fue sellado el martes y un día después han comenzado a sentirse sus efectos, más allá de que el hosco ruido de la explosiones fuera reemplazado por un extraño silencio. Por primera vez desde que hace siete años Israel impusiera un bloqueo económico y un asedio militar a la Franja, representantes del Programa Mundial de Alimentos pudieron cruzar el paso fronterizo de Rafah, con Egipto, y repartir comida. Un segundo convoy atravesará la frontera en los próximos días. La apertura de este paso, que Egipto mantenía sellado desde que hace un año destruyera los túneles de contrabando, fue ayer otra de las consecuencias del pacto, aunque todavía no se ha aplicado en su totalidad. De acuerdo con fuentes locales, representantes de la ANP y de Hamás se reunirán en los próximos días con El Cairo para fijar las condiciones, después de que el movimiento islamista aceptara el despliegue de funcionarios del presidente palestino, Mahmud Abbas.

Para septiembre ha quedado pospuesta la discusión sobre la apertura del puerto y el aeropuerto, medida que fortalecería la economía al hacerla menos dependiente de las importaciones israelíes, y una de las principales reivindicaciones de todos los grupos. Una decisión, la de aplazar este asunto, a la que se oponía Hamás y que según los expertos hace que el actual acuerdo sea aún muy endeble. - Efe