El Gobierno francés cae por los recortes
El contestado primer ministro, Manuel Valls, anunciará hoy al presidente Hollande su segundo gabinete en menos de medio año, tras la dimisión en bloque de su Ejecutivo por discrepancias con la política de austeridad económica
París - Francia se prepara para estrenar hoy nuevo Gobierno, tras la dimisión sorpresa del Ejecutivo presentada ayer por el primer ministro socialista, Manuel Valls, al presidente François Hollande, quien le ha encargado formar un nuevo equipo “en coherencia” con las orientaciones que él ha definido para el país.
El Ejecutivo formado por Valls en abril, tras la derrota socialista en las elecciones municipales, se rompió tras un agitado fin de semana en el que el ministro de Economía, Arnaud Montebourg, y el de Educación, Benoît Hamon, criticaron la política de austeridad económica del Gobierno y pidieron un giro radical.
Montebourg, representante del ala más izquierdista del Partido Socialista, justificó su salida del Ejecutivo por “las políticas de austeridad absurdas” que se aplican en Francia y en Europa, y que a su parecer están agravando la crisis. Montebourg, en una declaración sin preguntas leída tras ser recibido durante un cuarto de hora por el primer ministro, Manuel Valls, fue particularmente duro tanto con el primer ministro como con el presidente Hollande.
El encargo presidencial confirma al sucesor de Ayrault al frente del Ejecutivo, puesto que es Valls quien debe encontrar sustituto o sustitutos adecuados, para aplicar sin más disidencias sus directivas económicas. Valls, cada vez más cerca en los sondeos de Hollande, quien bate el récord del presidente más impopular de la V República, ha de consolidar en pocas horas un equipo que defienda sin falla el criticado plan de recortes presupuestarios de 50.000 millones de euros en tres años.
Un plan que prevé congelar pensiones, salarios de funcionarios y ciertos servicios públicos; financiar 30.000 millones de euros de reducción de cotizaciones patronales y cumplir con el compromiso de déficit de Francia con la Comisión Europea del 3% del producto interior bruto en 2015, en armonía con la política de la canciller alemana, Angela Merkel.
Cambio de timón necesario, según algunos líderes del primer partido de la oposición, la Unión por un Movimiento Popular, convencidos de que esta crisis llevará a los socialistas a perder la mayoría parlamentaria y a tener que convocar elecciones prematuramente. La diputada ultraderechista europea, Marine Le Pen, presidenta del Frente Nacional, el partido más votado en Francia en las elecciones europeas de mayo, pidió la disolución de la Asamblea, para “darles la palabra a los franceses” que, asegura, son contrarios a la “sumisión a la Unión Europea”.
En plena erupción gubernamental, Hollande mantuvo su agenda del día, centrada en la conmemoración del 70 aniversario de Liberación de los nazis en la II Guerra Mundial, y esta mañana celebró la Resistencia de la isla de Sein. Por la noche pronunció un discurso en París, capital liberada el 25 de agosto de 1944.
Mientras tanto, Valls, en busca de su nuevo Gobierno, recibía sucesivamente a todos los ministros dimitidos, incluido Montebourg, y a otras personalidades políticas, tras haberse reunido durante una hora con Hollande en el Elíseo, poco antes de que se divulgase el comunicado anunciando la dimisión del Gobierno.
La nota llegó a las redacciones poco después de que Montebourg dijese que no tenía intención alguna de dejar su puesto por el solo hecho de participar en lo que él dijo considerar un debate abierto sobre el devenir económico del país. Ayer el todavía ministro de Economía fue particularmente duro: “Se sabe -afirmó- que las políticas de austeridad, de subidas de impuestos o de reducción del gasto público decididas por los gobiernos son ahora las causas de la prolongación y del agravamiento inútil de la crisis” en Europa. “El mundo nos suplica, incluso, que cesemos estas políticas de austeridad absurdas que siguen hundiendo la zona euro en la recesión y pronto en la deflación”, añadió
El domingo, también el ministro de Educación, Benoît Hamon, pedía a Hollande que dejase de seguir las consignas de Merkel y estimulase la oferta en lugar de recortar el gasto, para así reactivar el poder adquisitivo de los consumidores.
Los recortes de Bruselas Mientras, la Comisión Europea tomó “nota” de la dimisión del Gobierno galo al tiempo que subrayó su confianza en las palabras del Ejecutivo de que continuará con las reformas estructurales. “Estamos al tanto de lo que ocurre en Francia y no vamos a hacer ningún comentario sobre lo que es una situación interna, política y en evolución”, señaló la portavoz comunitaria Chantal Hughes.
En cuanto al origen de la dimisión del Gobierno, la portavoz de la CE señaló que “en el pasado el presidente y su primer ministro han indicado claramente que van a mantener las reformas”.
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