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Los ingleses, dispuestos a pasar factura por el referéndum escocés

Un 56% estaría a favor de recortar el gasto público en Escocia si se mantuviera la Unión

Los ingleses, dispuestos a pasar factura por el referéndum escocésFoto: Efe

Edimburgo - El sondeo publicado ayer saca a la luz una dura realidad: sea cual sea el resultado del referéndum en septiembre, los ingleses no van olvidar el mal trago que les han hecho pasar sus vecinos del norte. De esta forma, más de la mitad de los encuestados se muestra a favor de recortar el gasto público escocés si se mantuvieran dentro de la Unión mientras que, en caso de independencia, una mayoría estaría a favor de que Reino Unido vetara la entrada del nuevo país en la OTAN o la UE.

Richard Wyn Jones, profesor de la Universidad de Cardiff y uno de los autores del informe, resumió los resultados asegurando que “los ingleses no están de humor para ser particularmente serviciales, sea cual sea el resultado” de la consulta. Y es que, el 56% de los encuestados se mostró favorable a recortar el gasto público escocés para equipararlo a la media británica, lo que supondría un recorte del 10% en los servicios públicos que ofrece el norte del país.

Además, los ingleses también serían partidarios de reducir el papel que los parlamentarios del norte de la frontera tienen en Westminster. De esta manera, un 62% se muestra favorable a que los portavoces escoceses no puedan votar en materias que afecten a Inglaterra. A pesar de todo, un 42% de los ingleses estarían a favor de que, tras el referéndum, Escocia obtuviera más poderes.

Sin embargo, los datos sobre las limitaciones en el gasto público o la representación parlamentaria ponen en entredicho los planes de las formaciones unionistas para ampliar los poderes fiscales. El profesor Wyn Jones subrayó al respecto que “la cuestión ahora están en si los votantes pueden confiar en las promesas cuando no serían apoyadas por la parte más grande e importante de la Unión”.

En caso de que Escocia finalmente se independizara, más de la mitad de os ingleses, un 53%, se mostraría contrario a mantener la libra como moneda común. Además, la mayoría apoyarían un veto de Reino Unido a la entrada de Escocia en organizaciones como la OTAN o la UE. Por otra parte, como cabía esperar, seis de cada diez se muestran contrarios a la separación.

Otro de los investigadores, el profesor Charlie Jeffery, de la Universidad de Edimburgo, se mostró sorprendido por los “duros resultados” del informe. Según él, la actitud de los ingleses se puede resumir en que si se vota a favor de la independencia, Escocia se queda completamente “a su aire”. Mientras, si se vota por mantener el Reino Unido actual, los escoceses “podrán tener más poderes pero sin el mismo papel en Westminster y sin que el dinero vuele hacia el norte”.

Esterlinización Precisamente sobre la moneda del futuro país habló también el presidente de la Comisión Fiscal del Gobierno escocés, Crawford Beveridge. El experto admitió por primera vez que el Reino Unido puede no aceptar una unión monetaria. Sin embargo, añadió que, aunque una “zona esterlina es la mejor opción, también hay otras vías”. De esta manera, Beveridge señaló que sería “aceptable” utilizar la libra de manera unilateral, una maniobra conocida como esterlinización. En esta línea, recalcó que se trataría de una medida transitoria que podría alargarse “entre seis meses y 50 años”. Según la Comisión Fiscal, durante este tiempo, el Gobierno escocés debería preparar una opción a la esterlinización. Una de estas alternativas pasaría por unirse al euro, algo para lo que Escocia “no está preparado”, según Beveridge. La última opción sería la de crear una moneda propia que, según el experto, “ofrece menos beneficios que compartir la libra”.

Por su parte, los trabajadores del departamento de Pensiones y Trabajo del Gobierno británico recibieron un email en el que se calificaba de “necesario y legítimo” que los empleados públicos apoyaran la posición de Londres en torno al referéndum. Además, se ofrecía una “guía” para que los funcionarios pudieran acceder a toda la información relacionada con la consulta. Desde el departamento ya han señalado que su intención no era “decir a los trabajadores cómo deben votar, sino ofrecerles una guía”. Sin embargo, Alex Salmond, calificó de “preocupante” el e-mail y exigió disculpas a los responsables.