SEÚL. Con unas condiciones meteorológicas relativamente favorables los buzos se echaron hoy de nuevo al mar, mientras en la localidad costera de Jindo todavía quedaban algunas decenas de los familiares de las víctimas que se congregaron allí tras el suceso a la espera de noticias de sus seres queridos.

De las 476 personas que viajaban en el barco solo se salvaron 172 y ya se han recuperado 284 cadáveres, la mayoría de estudiantes de 16 y 17 años de un instituto de Ansan, en la periferia de Seúl.

El ambiente de luto presente en toda Corea del Sur se nota especialmente en esta localidad, donde el último mes se han multiplicado los funerales de los 260 alumnos y profesores fallecidos a los que centenares de miles de personas han mostrado sus respetos en un gran altar de flores.

Los lazos amarillos, símbolo de solidaridad con la tragedia, se siguen observando estos días en todo el país y especialmente en el centro de Seúl, donde cuelgan por todas partes acompañados de mensajes de condolencias como constante recuerdo de la gravedad de lo ocurrido.

El naufragio no solo ha provocado tristeza y desolación en la sociedad y entre los familiares de las víctimas sino también indignación por la gestión del Gobierno, al que se ha acusado de actuar tarde, no esforzarse lo suficiente, carecer de un buen sistema de prevención y proporcionar datos erróneos.

En plena tormenta política, los familiares llegaron incluso a organizar una marcha a la Casa Presidencial de Seúl y la jefa de Estado, Park Geun-hye, tuvo que pedir disculpas públicas y reconocer los errores del Ejecutivo hasta dos veces, a las que seguirá una tercera la semana que viene.

Mientras continúa la investigación, el capitán y otros tres tripulantes fueron acusados ayer de homicidio por presuntamente abandonar el barco y rehusar a dar la orden de evacuación a los pasajeros, a los que pidieron que permanecieran en el interior durante el naufragio.

Según los resultados provisionales de la investigación, la causa del naufragio pudo ser un cambio brusco de dirección que desplazó la carga del Sewol hacia un lado y provocó su desestabilización hasta hundirlo en aproximadamente una hora.

Además, el ferri llevaba más del doble de la carga permitida y carecía de aguas de lastre, que se han de inyectar en el interior del casco para garantizar la estabilidad en caso de sobrecarga.

Las pasadas semanas fueron arrestados varios responsables de la naviera, Cheonghaejin Marine, mientras se investiga con lupa a esta empresa que sobrecargaba habitualmente sus barcos y está presuntamente envuelta en oscuros casos de transacciones ilegales.