Islamabad. El crimen lo cometieron el tío, el primo y el cuñado de la víctima, y culminó una persecución que empezó en febrero pasado, cuando Farzana, de unos 20 años, y Shabir, de 26, desafiaron la oposición de sus familias y se casaron.

"Primero, huyeron a casa de unos parientes y luego tomaron un tren hacia (la ciudad meridional de) Karachi, pero la familia de ella los persiguió incluso dentro de los vagones y tuvieron que saltar del convoy en marcha", explicó un agente policial de Sahiwal, Ejaz Ulá.

Tras resultar heridos y quedar separados, sus familiares los convencieron para que volvieran a su localidad, donde un consejo tribal puso de acuerdo a los clanes y estos parecieron aceptar a la pareja, hasta el punto de que la joven esposa fue a visitar a su madre el pasado domingo.

"Allí la sorprendieron algunos varones de su familia, que la mataron con una hoz", relató el policía, el cual añadió que el tío de la joven ya ha sido detenido y que los otros dos sospechosos están en busca y captura.

El año pasado, 869 mujeres fueron víctimas de los "crímenes de honor" en el país, según un informe de la Comisión de Derechos Humanos de Pakistán (HRCP), que advierte que ese número, cercano a los 913 casos denunciados en 2012, esconde una realidad aún mayor que queda fuera de los registros.

"Estos crímenes persisten por la impunidad de la que gozan los asesinos", indica el documento de la comisión, que denuncia que la tradición islámica de permitir la absolución de los agresores si son perdonados por la familia de la víctima favorece a quienes cometen estas agresiones.