La campaña electoral en Escocia no comienza como tal hasta el 30 de mayo, que será cuando se lance el pistoletazo de salida y las calles de los pueblos y ciudades se llenen de carteles. Sin embargo, Yes Scotland (Sí Escocia) y Better Together (Mejor Juntos) llevan ya tiempo jugando la partida y, aunque todavía quedan ases en la manga, las cartas, en su mayor parte, están ya sobre la mesa. Más allá de los argumentos, el estilo de cada una de las campañas se muestra clave para inclinar la balanza hacia uno u otro lado y, de momento, parece que los ciudadanos se muestran más cómodos con la campaña a favor de la separación.
Y es que, aunque todas las encuestas sitúan por delante a los unionistas, la diferencia entre ambas opciones se está acortando cada vez más. Si la tendencia sigue así, los expertos coinciden en que para el mes de julio los datos podrían colocar por delante a la campaña independentista. Los analistas inciden en que la razón para este incremento a favor de la independencia es, precisamente, la actitud de la campaña Better Together.
Bautizada por los favorables al sí como Project Fear (Proyecto Miedo), la cara mediática del unionismo se ha centrado en anunciar las "consecuencias negativas" que tendría la separación para el país. Además, la percepción entre los ciudadanos es que Better Together pretende, en cierta forma, amedrentar a los escoceses para que no modifiquen el statu quo actual.
tendencias opuestas Poco a poco, el apoyo unionista ha descendido mes a mes, mientras el nacionalista se ha incrementado alcanzando la cifra más alta desde el verano pasado. Aunque dependiendo la fuente de la encuesta los datos varían, la media de las cifras sitúa el apoyo al "sí" en un 37%, los favorables al "no" alcanzarían el 46% y los indecisos supondrían el 19% del total. Este último grupo es quien tiene la llave para dar la vuelta a las encuestas y decidir si el 18 de septiembre Escocia se convierte en un país independiente o no.
El profesor John Curtice recalcó al hilo de estos datos que "Better Together comienza a parecer una campaña en apuros". En este sentido, insistió en que "asustar a los votantes" con mensajes negativos no está funcionando y que, por lo tanto, "es necesaria una visión que desprenda más confianza". A esto hay que añadir el último informe de Actitudes Sociales escocesas publicado el jueves pasado en el que se señalaba que los votantes favorables a la separación son más propensos a acudir a las urnas. Según el documento, la disponibilidad a votar podría suponer hasta un 2% y "dada la diferencia que apuntan los sondeos, estos dos puntos podrían ser cruciales para decantar la balanza".
mensajes contradictorios Ante estos hechos, los unionistas se han puesto ya manos a la obra para dar un vuelco a su imagen y comenzar a proyectar mensajes más positivos. Sin embargo, muchas de sus comparecencias clave se les vuelven en contra por la confusión que crean.
El ejemplo más claro es la polémica levantada en torno a la posibilidad de que una Escocia independiente pueda mantener la libra esterlina como moneda. En febrero el Ministro de Finanzas, George Osborne, aseguró que el gobierno británico no permitiría a Escocia mantener una moneda única. Sin embargo, un mes y medio después, los principales periódicos del país publicaban una filtración en la que un miembro del ejecutivo admitía que la libra se mantendría incluso después de una separación.
Contradicciones como estas han mermado la confianza en la campaña unionista hasta el punto de que el propio Secretario para Escocia, Alistair Carmichael, ha salido a la palestra para recordar que "esto es un debate serio y no es imposible que los nacionalistas ganen". Incluso entre los propios independentistas saben que el aumento del apoyo a su causa se debe, en buena parte, a la actitud de la campaña unionista. El portavoz de Yes Scotland, Blair Jenkins admitía que "el negativismo de Better Together está cambiando la mente de los votantes y cuanta más gente se involucra en el debate, más claro ven que la independencia es algo que podemos, y debemos, obtener".