Budapest - El partido conservador Fidesz, del primer ministro Viktor Orbán, ganó ayer las elecciones parlamentarias celebradas en Hungría con un 48% de los votos, según un sondeo del instituto Nezöpont. El bloque opositor de izquierdas, liderado por los socialistas y compuesto por cinco partidos, habría conseguido el 27% de los votos, por delante del partido ultraderechista Jobbik, con el 18%, y el Partido ecologista LMP, con el 6%. Así las cosas, el escenario político húngaro no parece cambiar demasiado con respecto a las elecciones de 2010.

La gestión de Orbán, que con ese resultado obtuvo más de dos tercios de los escaños en el Parlamento, estuvo marcado por su conflictiva relación con la Unión Europea, debido a varias reformas, que según sus críticos, limitan la democracia en Hungría. Las medidas más polémicas fueron el recorte de poderes de la Corte Constitucional, la prejubilación masiva de jueces y la llamada ley mordaza, de control de los medios de comunicación.

En lo económico, el gobierno de Orbán aplicó medidas consideradas como poco ortodoxas, como la nacionalización de fondos de pensiones privados, la introducción de impuestos especiales para ciertos sectores y empresas, sobre todo la banca, las telecomunicaciones y grandes consorcios, en su mayoría extranjeros. De esta forma, Hungría logró mantener su déficit público por debajo del 3 % del Producto Interior Bruto y evitó incluso un expediente de la Comisión Europea. Pero al mismo tiempo, las diferencias sociales en Hungría no dejaron de crecer. - Efe