Simferopol - Crimea sofocó ayer los últimos focos de resistencia militar ucraniana en la península con la ayuda de destacamentos de soldados encapuchados y vehículos blindados, aparentemente rusos. "Me dirijo a los soldados de las Fuerzas Armadas de Ucrania desplegados en la península. Para evitar un derramamiento de sangre y un mayor agravamiento de la situación (...), juren lealtad al pueblo de Crimea", invitó Serguei Axionov, primer ministro crimeo. Una vez consumada el martes la incorporación de Crimea y el puerto de Sebastopol a la Federación Rusa, únicamente quedaba una cuenta pendiente para borrar todo rastro de Ucrania en esta península bañada por el mar Negro: los militares leales a Kiev.

En un principio, más de veinte mil soldados ucranianos se encontraban emplazados en esta república, pero las autoridades crimeas mantienen que varios miles ya se habían pasado al bando prorruso.

En Sebastopol, una muchedumbre integrada por fuerzas de autodefensa y civiles, algunos enmascarados y entre los que también figuraban mujeres, irrumpió ayer en el cuartel general de la Armada ucraniana, durante semanas el símbolo de la resistencia al separatismo crimeo. "Los oficiales intentan contener a la multitud. Está claro que nuestros oficiales no van a usar la fuerza contra mujeres", comentó Vladislav Selezniov, portavoz de Defensa en Crimea.

bandera rusa en el cuartel Tras unas horas de negociaciones, los militares ucranianos abandonaron la base, aparentemente, tras deponer las armas y rendirse a las nuevas autoridades que izaron ya la bandera tricolor rusa sobre el edificio. Seguidamente, fue detenido el comandante en jefe de la Armada de Ucrania, contraalmirante Serguei Gaiduk, que será interrogado por el Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB) de Rusia.

El presidente interino de Ucrania, Alexandr Turchinov, dio un ultimátum para que las fuerzas de autodefensa crimeas le liberen. "Si el almirante Gaiduk y los demás rehenes, tanto civiles como militares, no han sido liberados, las autoridades tomarán las medidas oportunas", afirmó.

Según la Fiscalía crimea, Gaiduk "transmitió a las unidades militares de Ucrania (en Crimea) una orden proveniente de Kiev de emplear las armas contra la población civil".

Precisamente, Kiev autorizó a sus soldados el empleo de las armas después de que un militar ucraniano muriera ayer martes por disparos en el cuello en el centro topográfico y cartográfico militar en Simferopol. Según la policía crimea, uno de los efectivos de las milicias de autodefensa murió y otros dos resultaron heridos en el confuso tiroteo.

Esa unidad está ahora bajo el control de las fuerzas prorrusas, al igual que otro edificio de la guardia fronteriza, en cuyo edificio se encontraban apostados varios francotiradores y adonde llegaron también dos camiones rusos militares Kamaz. Tropas rusas asaltaron también ayer otra base ucraniana en la localidad crimea de Novoozernoye con ayuda de un tractor, según el Ministerio de Defensa en Kiev. "Llegó un tractor, que se dirigió hacia los oficiales ucranianos sin detenerse. En estos momentos, soldados rusos tomaron el puesto de control. Los oficiales ucranianos están armados", señaló Selezniov.

Los irredentos que aún resisten son los militares ucranianos del cuartel general de la Infantería de Marina en la calle Karl Marx de Simferopol, que amaneció ayer rodeado por un destacamento de soldados con fusiles kalashnikov y blindados militares sin distintivo. "¿Qué importancia tiene de dónde somos? Garantizamos la seguridad", respondió uno de los militares, que vigilaba la entrada a la base junto a cuatro efectivos desarmados de las milicias de autodefensa.