MADRID. Desde hace 16 años, estos pequeños pueden tener un futuro gracias a seis religiosas que llevan el Hogar Ankur y a la solidaridad de los españoles con cuyas aportaciones se construyó este centro.
La misionera Primi Vela explica a Europa Press con motivo de la celebración este domingo de la Jornada de Infancia Misionera, que en el Hogar Ankur, tienen alojadas a 200 niñas de la calle. Al principio, las propias religiosas eran las que las recogían, aunque ahora explica que unas traen a otras y también las llevan la Policía y la Oficina de Bienestar Social de la Madre y el Niño.
Su barrio al norte de Mumbai, según indica, "es un grano de arena en la playa inmensa de este país" y cuenta que, cuando comenzaron su servicio en Ankur en 1997 el barrio estaba sin poblar, todo lleno de campos de arroz y búfalas metidas en los campos encharcados de agua refrescándose ante el continuo calor de esa "gran y caótica" ciudad.
Hoy en día, según precisa, en el barrio viven 700.000 personas y "crece de una manera asombrosa y rápida" al desplazarse la gente de la ciudad hacia los barrios periféricos, donde pueden adquirir un piso más económico, y sobre todo por la inmigración de las zonas rurales y de otras provincias de la India.
Junto con el barrio, Vela indica que Mumbai, una ciudad "tolerante, abierta, cosmopolita, desmesurada, caótica y densa" también crece pues a ella llegan "multitudes deseosas de hacer fortuna", también los niños y adolescentes que desean llegar a lo más alto en la industria de Bollywood. Eso sí, la religiosa precisa que ese crecimiento es a la vez que "espectacular, totalmente desordenado".
LOS 'SLUMS': SIN LUZ NI DESAGüES A MERCED DEL MONZON
Y es que decenas de miles de personas provenientes de zonas rurales se instalan cada año en los suburbios de la gran metrópoli, en zonas conocidas como 'slums', barriadas de chabolas sin ningún tipo de servicio y totalmente insalubres. De hecho, de los 19 millones de habitantes de Mumbai, seis millones viven es estas zonas de chabolas construidas de saco y cartones, "apiñados, a la merced del monzón y sin agua corriente, luz o desagües y servicios higiénicos", rodeados de "basura y excrementos humanos".
En los 'slums', según denuncia Vela, los niños visten "con harapos" e incluso "llegan a comer la propia tierra y terminan con los vientres abultados". "Los niños de los 'slums' no sólo hipotecan su infancia, sino su salud", asegura.
En este contexto, el Hogar Ankur, que lleva la Comunidad de Hermanas de la Caridad de Santa Ana, a la que pertenece Primi Vela, se convierte en un paraíso donde los pequeños pueden conseguir "una infancia feliz" y un futuro "digno". Allí, las seis hermanas cada una de las cuales habla un idioma diferente y que se entienden en inglés, junto a nueve laicos y ocho profesoras de apoyo, les ofrecen "un clima de cariño y de familia".
Además, les ofrecen atención nutritiva y médica y una formación humana, profesional e intelectual hasta que llegan a la edad adulta. "No es solo una educación de conocimientos sino enseñarles a vivir, enseñarles a ser", puntualiza, para añadir que ellas son las responsables del futuro de su país.
De esta forma, las pequeñas se convierten en niñas sanas, capaces de combatir enfermedades; con resultados escolares buenos --acuden a clase a un barrio cercano, Borivli, donde la Congregación tiene una escuela gratuita que educa a 4.000 niñas--; y con una carrera terminada que les permitirá conseguir un buen puesto de trabajo. Precisamente, un buen número de ellas están realizando estudios de Licenciatura en Letras, Ciencias, Comercio y Magisterio.
1.200 MILLONES DE HABITANTES, 800 MILLONES DE POBRES
La India, según señala Vela, es un país con más de 1.200 millones de habitantes, en el que nacen unos 27 millones de niños cada año --que con los 10 millones de personas que fallecen, añaden a la nación cada año 17 millones, como si todo una Australia se sumara a la India--. De estos, 420 millones son menores de 18 años y 300 millones son niños --120 millones, menores de cinco años--.
No obstante, subraya que en este gran país, apenas 300 millones se han beneficiado de alguna manera del 'boom' que ha experimentado su economía, gracias a las nuevas tecnologías, mientras que los 800 millones restantes viven en la pobreza. Además, precisa que, si en Mumbai hay unos 200.000 niños en las calles, en toda la India esta cifra asciende hasta los 18 millones. También denuncia que aunque la nación tiene alimentos suficientes para toda ella, uno de cada dos menores de cinco años está mal nutrido.
Y aunque en la India "lo peor" no es ser pobre sino ser "niña pobre" por la "gran discriminación" que existe hacia ellas y la preferencia de las familias por los hijos varones --un antiguo proverbio hindú dice 'Criar a una hija es como regar el jardín del vecino'--, los niños también sufren. De hecho, según remarca Vela, la última llegada al Centro Ankur ha sido la de Raj, un niño de tres años que mendigaba a las puertas del un Mc Donald.
ENSEÑAR A LOS NIÑOS A VIVIR "DE OTRA MANERA"
Por lo tanto, explica que las diferencias de un niño o niña de La India con un niño o niña de España, es "abismal" y pide a la sociedad española que "mentalice" a los niños españoles, que a veces viven con "muchos caprichos, ropa buena, juguetes, viajes", de la situación que vive la infancia de muchos otros países, de "tanta infancia hambrienta", que les enseñe a vivir de otra manera, "menos consumista y más solidaria".
Precisamente, esta solidaridad es la que demuestran los niños de todo el mundo con motivo de la Jornada de Infancia Misionera que se celebra este domingo. Concretamente, en 2013, los niños españoles aportaron a la infancia necesitada del mundo un total de 2,7 millones de euros. Además, la suma total enviada por la Obra Pontificia de la Infancia Misionera a los territorios de misión en ese año fue de 16,1 millones de euros para financiar más de 3.000 proyectos. En el caso de Mumbay, la hermana Vela explica que lo que les envíen lo utilizarán para la construcción de escuelas y orfanatos.