el cairo. El depuesto presidente egipcio Mohamed Mursi y otros 130 islamistas, entre ellos los principales líderes de los Hermanos Musulmanes, serán juzgados por fugarse de la cárcel, asaltar presidios y asesinar policías. Mursi, destituido en un golpe militar el pasado julio, afronta con la decisión judicial de ayer una tercera causa penal, en la que están implicados también unos setenta palestinos. Según las investigaciones del juez Hasan Samir, la cofradía contactó con miembros del movimiento palestino Hamás y el libanés Hizbulá para cumplir "un plan terrorista que alcanzó su cenit durante la revolución de 2011".

En el marco de ese supuesto plan entraron en Egipto más de 800 "elementos extranjeros" desde la franja de Gaza, que atacaron comisarías y edificios gubernamentales y asaltaron las cárceles egipcias de Wadi Natrun, Abu Zabal y Al Marg. Mursi estuvo recluido en Wadi Natrun durante la revolución que derrocó el régimen de Hosni Mubarak entre enero y febrero de 2011, pero logró escapar a los dos días de su detención gracias al caos que reinaba en los presidios. La justicia egipcia imputa a Mursi otros cargos como facilitar la huida de presos, agredir a funcionarios del penal y perpetrar "acciones enemigas que afectan a la seguridad y unidad de Egipto".

Las acusaciones señalaron que durante el asalto y saqueo de los presidios fueron asesinados más de 50 policías y reclusos. Además de ser liberados miembros de los Hermanos Musulmanes, de Hamás y de Hizbul lograron escapar en esta operación más de 20.000 presos comunes, en medio de un supuesto plan para "propagar el caos" en Egipto. El juez Samir ordenó la continuación en prisión preventiva de veinte de los acusados, entre ellos Mursi.