santiago de chile. Michelle Bachelet cumplió la lógica y volverá a gobernar Chile. Bachelet se convierte así en la primera mujer que es reelegida presidenta de Chile, tras vencer en la segunda vuelta de los comicios a la candidata de la derecha, Evelyn Matthei. La dirigente socialista obtuvo un resultado de 62,33% de los votos, frente al 37,66% de Evelyn Matthei, con el 93% de las 41.349 mesas escrutadas.

El triunfo de Bachelet, que ya gobernó el país de 2006 a 2010, fue reconocido apenas una hora después del cierre de los colegios electorales por su contendiente, Evelyn Matthei, quien acudió a felicitar personalmente a la nueva presidenta electa, una costumbre muy arraigada en los usos electorales chilenos. Junto con el triunfo de la exmandataria, el otro protagonista de la jornada electoral de este domingo en Chile fue la abstención.

En la primera vuelta de estos comicios, celebrada el pasado 17 de noviembre, se vieron algunas filas de votantes frente a las mesas, pero ayer el panorama fue muy distinto. La alta abstención llevó a varios dirigentes políticos a cuestionar la inscripción automática y el voto voluntario, que ayer se emplearon por tercera vez.

El sistema debutó en las municipales de octubre de 2012, con una abstención cercana al 60%, proporción que bajó a poco más del 50% en la primera vuelta del actual proceso electoral, el pasado 17 de noviembre, cuando votaron unos 6,7 millones de electores. Ayer, con una lenta y menguada afluencia de votantes, los analistas estiman que la cifra estará muy por debajo de la primera vuelta. Como causas de la alta abstención han sido señalados el voto voluntario y la amplia ventaja que Bachelet obtuvo en la primera ronda (el 47% frente al 25% de Matthei).

Madura y alegre

Bachelet que logró ayer nuevamente el poder no es la misma que habitó el Palacio de La Moneda entre 2006 y 2010. Es distinta y ella misma lo reconoce. "Dentro de mí algo cambió. Ya fui presidenta y eso te da una parada distinta, un mirar las cosas que no va a ser nunca igual que antes", declaró al poco tiempo de retornar a Chile tras dirigir durante más de tres años la agencia ONU Mujeres. Sonríe menos, guarda más silencios y permanece rodeada de un estrecho círculo de hierro. "Siempre he sido madura y seria, pero sigo siendo superalegre", dice la candidata.

La nueva Bachelet se muestra más decidida a impulsar grandes cambios en un país menos tolerante con la desigualdad. Con un programa que ha despertado duras críticas de la derecha gobernante, Bachelet quiere reemplazar la Constitución heredada de la dictadura de Pinochet, garantizar educación gratuita y de calidad y subir los impuestos a las empresas del 20 al 25%. La propia candidata ha reconocido que su proyecto es ambicioso, pero tiene a su favor una gran popularidad y los buenos resultados que la Nueva Mayoría obtuvo en las parlamentarias del 17 de noviembre.

El camino recorrido no ha sido fácil para esta médico cirujana, pediatra y epidemióloga de la Universidad de Chile, de 54 años, que domina seis idiomas, se casó dos veces, está separada, es madre de tres hijos, y quien afirma que nunca aspiró a terminar en La Moneda y mucho menos regresar a ese palacio de Gobierno.

Verónica Michelle Bachelet Jeria nació el 29 de septiembre de 1951 en Santiago y fue la segunda hija de la antropóloga Angela Jeria y del general de brigada aérea Alberto Bachelet, colaborador del Gobierno de Salvador Allende que falleció por torturas en prisión después del golpe militar del 11 de septiembre de 1973.

La muerte de su padre marcó la vida de Bachelet, quien cuando se produjo el golpe militar tenía 22 años y militaba en las Juventudes Socialistas. Un año después de la muerte de su padre fue detenida junto a su madre por la policía secreta y trasladada a Villa Grimaldi, el peor centro de reclusión de la dictadura. "Me separaron de mi madre. Me empezaron a interrogar. Me torturaron (...), me cuesta recordar, como que se me bloquearon los malos recuerdos. Pero lo mío no fue nada al lado de lo que sufrieron otros", relató.

Exilio y formación

Tras ser liberadas, madre e hija se exiliaron en Australia y luego en la República Democrática Alemana, donde Bachelet prosiguió su carrera de Medicina en la Humboldt Universitat, de Berlín. Regresó a Chile en 1979, retomó sus estudios y se tituló como médico cirujana, al tiempo que retomaba la actividad política y colaboraba con ONG de apoyo a hijos de torturados y desaparecidos. Familiarizada desde niña con los temas castrenses, Bachelet también hizo un curso sobre estrategia militar en Chile y otro en el Colegio Interamericano de Defensa, en Washington.

En 1995 fue elegida miembro del comité central del Partido Socialista y en 1998 se integró en la comisión política, para posteriormente sumarse al Gobierno de Ricardo Lagos primero como ministra de Salud y después como titular de Defensa. En poco tiempo, Bachelet tomó el mando y se ganó el respeto de los militares.

Una de las situaciones que recuerda con mayor tensión es haber coincidido en el ascensor de su casa con uno de sus torturadores. Durante su gestión en Defensa comenzó, además, a ganar popularidad en las encuestas. Su imagen pública quedó marcada cuando, durante unas inundaciones en el sector norte de Santiago, apareció encaramada en un tanque dirigiendo la operación de rescate de los damnificados. Ese día, según los analistas, nació el fenómeno Bachelet, aunque pocos imaginaban que se convertiría en la primera presidenta de Chile y en una líder política suficientemente convincente como para aglutinar tras de sí a formaciones políticas que van del centro a la izquierda.

Bachelet vuelve ser la inquilina del Palacio de La Moneda. Foto: efe

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