GINEBRA. El acuerdo se alcanzó a la segunda tras muchos días de cocina diplomática por parte de todos los intereses presentes -y representados- en las reuniones de Ginebra. Quince días antes, durante la primera ronda, fuentes diplomáticas señalaron que el acuerdo estaba pendiente de firma ya que los temas principales ya se habían consensuado pero, a última hora, el veto francés evitó que se materializara. Según lo transcendido en esta segunda ronda, los términos del acuerdo son muy similares a los alcanzados en aquella ocasión. ¿Que ha pasado en estos días?
Los dos mayores escollos eran tanto la oposición frontal de Israel, representado en Ginebra por EEUU, como las objeciones de una Francia que se veía perjudicada.
La petrolera francesa Total, fue una de las primeras en retirarse de los campos petrolíferos iraníes al comienzo de la larga lista de sanciones contra Teherán. Ahora París temía que fueran otras empresas las que se hicieran con el negocio dejado por su petrolera insignia.
Francia quiere recuperar también la cuota que tenía en el mercado automovilístico persa, donde Peugeot era una empresa de referencia.
Además, Francia se ha aliado estratégicamente con los países del Golfo, concretamente Catar, en la explotación de los recursos petroleros en el mundo. El Catar suní, enfrentado a la creciente influencia chií impulsada por Irán, esta realizando además fuertes inversiones en Europa en general y en Francia en particular, creando una red de intereses y presiones de la que París no puede escapar. De otra manera no se entiende que un presidente de la República como François Hollande, que se reclama progresista, sucumba a las presiones de un país donde existe la esclavitud y mande a su ministro de Exteriores, Laurent Fabius, a bloquear el acuerdo.
Y el otro gran escollo era y sigue siendo Israel, país cuyos intereses son defendidos por EEUU, pero que no se fía de los iraníes. Ahora es la Casa Blanca quien debe tranquilizar a su aliado asegurándole que la vía militar estaría preparada para cualquier contingencia y detallándole los planes de control del acuerdo y de ataque si Teherán incumple lo pactado. Por cierto, las primeras instalaciones nucleares iraníes fueron un regalo de EEUU al sah Palevi.