París. La policía francesa intensificó ayer la persecución del pistolero sospechoso de haber disparado ayer en las sedes del diario Libération y del banco Societé Générale, recurriendo a la colaboración ciudadana y al análisis de sus restos de ADN y huellas dactilares. Los investigadores han tomado declaración a más de 400 personas que podrían aportar pistas sobre el asaltante que, tras amenazar el viernes a varios empleados de la cadena BFM TV, el lunes hirió de gravedad a un fotógrafo en las oficinas de Libération.
El joven, de 23 años, recibió sendos disparos de escopeta en el tórax y en el abdomen y tuvo que ser sometido de urgencia a una operación de seis horas en el hospital de la Pitié-Salpêtrière. "Ya ha salido del coma inducido en el que se encontraba y está despierto. Podemos ser menos pesimistas de lo que éramos ayer", comentó el director de la redacción de ese periódico, Fabrice Rousselot. Tras realizar los disparos en Libération, el individuo, armado con una escopeta del calibre 12, se desplazó hasta el barrio de negocios de La Défense, al oeste de París, y disparó contra las ventanas de la sede de uno de los mayores bancos de Francia, sin causar heridos.
Para darse a la fuga, secuestró a un automovilista y le obligó a llevarle a la avenida de los Campos Elíseos. Le dijo que acababa de salir de prisión, que tenía una granada en la bolsa y que estaba "dispuesto a todo", según señalaron fuentes judiciales. El testimonio del conductor, y los restos de ADN que el criminal dejó en el vehículo y en varios cartuchos, son algunas de las piezas claves de la investigación, que aún no ha dado frutos.
La policía, que ayer difundió una nueva imagen del supuesto pistolero, busca a un varón blanco de entre 35 y 45 años de edad y entre 1,70 y 1,80 metros de altura, con pelo corto y algunas canas.