ginebra. Las expectativas de un esperado acuerdo entre la comunidad internacional e Irán sobre su programa nuclear han quedado postergadas a una nueva ronda de negociaciones de este país con el grupo de países del G5+1, prevista para el próximo 20 de noviembre.
"Se han conseguido progresos concretos en tres días de intensas y constructivas conversaciones, pero persisten diferencias", declaró al término de las negociaciones la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, que asume la dirección de estas charlas en nombre del grupo de países G5+1. Este grupo, integrado por los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU (EEUU, Rusia, Gran Bretaña, Francia y China), más Alemania, negocia con Irán desde hace cinco años la forma de implementar controles a su programa nuclear para garantizar su propósito puramente pacífico.
La comunidad internacional espera de Irán un compromiso claro de los fines pacíficos de su plan nuclear, con el que ha logrado hacerse con unas 19.000 centrifugadoras, unos 6.600 kilos de uranio enriquecido al 5% y otros 200 al 20%, nivel con capacidad misilística próximo al necesario para construir una bomba atómica. Como contrapartida, Irán ansía un alivio de las sanciones a su sistema bancario y sector del petróleo por parte de la Unión Europea y EEUU, un duro lastre para su economía.
Aunque nadie lo confirmó oficialmente, todo apunta a que el deseado acuerdo sobre estas cuestiones estuvo muy cerca el sábado, pero quedó finalmente obstaculizado por la postura de Francia, que creía que el esbozo de acuerdo no neutralizaba lo suficiente la amenaza militar del dossier nuclear iraní. Sin embargo, las partes involucradas en las negociaciones coincidieron en que en esta segunda ronda de conversaciones en Ginebra ha sido muy detallada y se han conseguido muchos progresos.
La presencia simultánea estos días en Ginebra de los altos responsables de Exteriores de las seis potencias que negocian con Irán es, sin duda, señal de una nueva voluntad global para el acuerdo, alentada por la llegada al poder de Rohaní, que ha adoptado un nuevo tono con la comunidad internacional.
Aunque las partes convinieron en no dar detalles sobre los asuntos sobre la mesa, diversas fuentes apuntan a que está aún por resolver la forma y el grado de control de las actividades nucleares de Irán, a través de la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA). En ese sentido, Irán recibe hoy a responsables de este organismo para acordar previsiblemente la ampliación de las inspecciones de sus instalaciones nucleares. El presidente de Irán, Hasán Rohaní, advirtió sin embargo de que su país "no responderá a amenazas, sanciones, humillaciones o discriminación" y que "no va a ceder en su derecho al enriquecimiento de uranio".