Washington. El presidente estadounidense, Barack Obama, dijo que el cierre parcial de la Administración federal ha provocado un "daño innecesario", que seguramente ha frenado la recuperación económica, y que , por tanto, "no hay ganadores". El presidente hizo estas declaraciones en la Casa Blanca pocas horas después de firmar el acuerdo del Congreso para elevar el techo de la deuda y autorizar las asignaciones presupuestarias para el funcionamiento de las agencias federales, que estuvieron cerradas durante 16 días por falta de fondos. La Casa Blanca confirmó que poco después de la medianoche Obama sellaba con su rúbrica el acuerdo aprobado por el Congreso de Estados Unidos, por una amplia mayoría tanto en la votación del Senado como en la de la Cámara de Representantes.

Tras la firma del mandatario, la ley entra en vigor, con lo que se garantizan los fondos para la reapertura de la Administración hasta el próximo 15 de enero y se sube el tope de endeudamiento hasta el 7 de febrero, evitando así la temida suspensión de pagos de EE.UU.

Nada ha hecho más daño a la "credibilidad" de Estados Unidos como economía mundial de referencia en el mundo "que el espectáculo al que hemos asistido", que definió como una "crisis fabricada".

En opinión del presidente, EE.UU. es "una nación indispensable a la que el mundo contempla como el lugar más seguro y fiable para invertir". Por ello, esta crisis "envalentona a nuestros enemigos, alienta a nuestros competidores y deprime a nuestros amigos", señaló.

La pasada noche, al filo del plazo fijado por el Tesoro como el momento en el que no podría garantizar el pago de sus obligaciones sin un aumento del techo de deuda, el Congreso decidió autorizar las asignaciones presupuestarias para la Administración hasta el 15 de enero y elevar el tope de endeudamiento hasta el 7 de febrero.

CRÍTICA AL TEA PARTY Obama dijo que los desacuerdos en materia fiscal y presupuestaria entre demócratas y republicanos que condujeron a esta situación han dañado a familias y negocios, algo que para los expertos podría notarse en un frenazo al crecimiento. "No es una sorpresa que los estadounidenses estén totalmente cansados de la política de Washington", indicó el presidente, que sin nombrarlo directamente criticó las posturas inmovilistas del grupo ultraconservador Tea Party.

El mandatario recordó que para cambiar las políticas de gasto y reformas como la sanitaria, que Obama promovió y que los republicanos rechazan, "se debe ganar unas elecciones" y no se pueden "romper" las normas que crearon los fundadores del país. "Debemos dejar de prestar atención a los grupos de presión, blogueros, locutores de radio y activistas profesionales que se benefician del conflicto y enfocarnos en la mayoría de estadounidenses que nos mandó aquí (a gobernar)", aseguró.

PLAN FISCAL A LARGO PLAZO Como nueva prioridad el presidente planteó conseguir, antes de que se agoten los nuevos plazos, un plan fiscal y presupuestario a largo plazo. "No hay razones por las que no podamos gobernar de manera responsable pese a nuestras diferencias, sin tener que tambalearnos de crisis en crisis, todas fabricadas", aseveró Obama. "No deberíamos enfrentarnos a este proceso de crear un nuevo presupuesto (que el Congreso no acuerda desde hace más de cuatro años) como si fuera un ejercicio ideológico, recortando por recortar", añadió.

Asimismo señaló la reforma migratoria, que ha quedado pospuesta por esta crisis, y la ley agraria como otras de sus prioridades legislativas más urgentes. "Tenemos que terminar el trabajo y arreglar nuestro roto sistema migratorio. Ya hay una amplia coalición en todo Estados Unidos que está detrás de este esfuerzo por la reforma integral de la inmigración, desde líderes empresariales a líderes religiosos o agencias de seguridad", dijo el presidente.

Obama insistió en que la reforma migratoria es una medida que ayudará a relanzar la economía estadounidense y que debe estar consensuada lo antes posible. "De hecho, el Senado ya ha aprobado un proyecto de ley con un fuerte apoyo bipartidista que implicaría el mayor compromiso con la seguridad fronteriza de nuestra historia, modernizaría nuestro sistema de inmigración legal, y lograría que todo el mundo pudiese jugar bajo las mismas reglas", añadió el mandatario. Obama recordó que el texto impulsado de manera bipartidista por el conocido Grupo de los ocho y permitiría un camino hacia la ciudadanía para unos 11 millones de inmigrantes ilegales, supondría un acicate para la economía.