CARACAS. "He venido a pedir poderes habilitantes para profundizar, acelerar y dar la batalla a fondo por una nueva ética política", afirmó Maduro a poco de comenzar su discurso.

El presidente dijo que quiere poderes durante un año para combatir la corrupción, "adecentar el país y hacer la revolución económica productiva que sustente la felicidad del pueblo".

"Requerimos de una ley habilitante (...) que nos blinde contra la corrupción y los corruptos", manifestó tras pedir "mano dura", "castigos ejemplares" y aumentos de las penas para enfrentar el problema.

"Se trata de ponerle coto a los abusos de quienes creen que la justicia jamás se hará efectiva", agregó.

Rodeado por los titulares del resto de los poderes del Estado y por todo su gabinete de ministros, el mandatario llamó a construir una "nueva ética socialista" y a revertir "la lógica que hace que la corrupción se reproduzca cada día", luego de señalar que la economía venezolana está siendo golpeada por dificultades.

"Conviene subrayar que la economía venezolana atraviesa una coyuntura especial, toda vez que el aparato productivo del país está siendo impactado de manera muy aguda por una serie de distorsiones como son la especulación, el acaparamiento, el contrabando, el mercado de divisas ilegal", expresó.

El mandatario ocupó gran parte de su discurso en describir las raíces históricas de la corrupción en Venezuela, tras haber anunciado meses atrás que pediría los poderes especiales con el fin de atacar a fondo este problema, que según ha dicho amenaza con "tragarse a la patria" de no ser atacado.

"O lo hacemos hoy, y lo hacemos nosotros, o la corrupción se va a tragar la patria", dijo en un tramo de su discurso, que se extendió durante unas dos horas.

Al mismo tiempo, ensayó una autocrítica por supuestamente no haber podido impedir la especulación de empresas y particulares con la Comisión de Administración de Divisas (Cadivi), en un fenómeno que denominó como "cavidismo".

Cadivi otorga dólares al tipo de cambio oficial de 6,3 dólares, un precio que luego llega a multiplicarse por siete en el mercado paralelo, bajo un control de cambios que sus críticos acusan de ser un caldo de cultivo para la corrupción.

"Sinceremos las cosas con el mayor rigor autocrítico, el Estado nacional bolivariano no ha podido impedir que la importación se concentre en pocas manos. No ha alcanzado la eficiencia necesaria para cerrar los caminos a quienes viven de la apropiación de dólares baratos", dijo Maduro.

"Por aquí también se desangra Venezuela", añadió en medio de un llamado a generar una "nueva dinámica nacional" para lograr "la transformación del modelo ético republicano y la transformación del modelo económico venezolano".

Su discurso incluyó también críticas al sector privado "que pretende obtener ganancias sin producir" y referencias a la cultura del rentismo derivada de los altos ingresos que históricamente ha registrado el país por sus exportaciones petroleras y que, según afirmó, ha dado lugar a una "burguesía parasitaria".

Las críticas a los empresarios se combinaron con llamados a los venezolanos a "no permitir la corrupción" ni a tolerar las irregularidades, sean de políticos de la oposición o de "cuello rojo-rojito", en referencia al color característico del chavismo.

El combate a la corrupción es uno de los primeros desafíos que Maduro se planteó al iniciar en abril pasado su mandato de seis años, junto con administrar una economía que muestra señales aceleradas de deterioro, entre la alta inflación y el desabastecimiento de algunos bienes de consumo masivo.

La oposición teme que los poderes especiales terminen siendo usados con otros fines a los pedidos y ya anticipó que votará en contra cuando la propuesta sea discutida en el pleno de la AN.

El chavismo necesita 99 diputados para aprobar los poderes, un quórum que en principio no posee al controlar solo 98 parlamentarios.

"La nueva batalla profunda está comenzando, el enemigo está intacto", dijo Maduro para luego reiterar que "desde el norte" se está gestando una guerra económica contra su Gobierno.