NAIROBI. Concluida la operación, "la prioridad es la inmediata recuperación de los cadáveres", para lo cual Kenia cuenta con la colaboración de expertos forenses de Israel, Estados Unidos y Reino Unido, informó el jefe del Servicio Público de Kenia, Francis Kimemia, a través de Twitter.

Tras cuatro días de asedio por el Ejército de Kenia, la ocupación del centro comercial de Nairobi asaltado el pasado sábado por islamistas radicales concluyó en la tarde de ayer con la muerte de, al menos, 61 civiles, seis soldados kenianos y cinco asaltantes.

El Westgate fue tomado esta madrugada por investigadores de la Policía keniana.

"La prioridad será la retirada de los escombros para facilitar la recuperación inmediata de los cuerpos", apuntó.

En los alrededores del Westgate comenzarán a retirarse los vehículos por parte de sus propietarios, que deberán identificarse antes para poder hacerlo.

"Análisis crítico y medidas nacionales estrictas", son las premisas que van a guiar la acción del Gobierno keniano tras el final del asalto, según Kimemia.

En una alocución televisada a la nación, el presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta, declaró ayer el fin de la peor acción terrorista que ha golpeado al país desde el atentado de 1998 contra la Embajada de Estados Unidos en Nairobi, en el que fallecieron más de 200 personas.

No obstante, el presidente keniano advirtió de que tres pisos del centro comercial Westgate, ubicado al norte del centro de la capital, se han desplomado durante las operaciones de las fuerzas de seguridad para reducir a los terroristas, y de que hay cuerpos sepultados entre los escombros, entre ellos algunos de los asaltantes.

Además de las víctimas mortales, el ataque de los fundamentalistas ha dejado 175 personas heridas, de las que 62 continúan hospitalizadas, mientras que más de 60 personas siguen desaparecidas.

La Cruz Roja continúa llamando a la ciudadanía a donar sangre para los heridos en puntos emblemáticos de la ciudad, como el Uhuru Park, uno de los más grandes de Nairobi.