TOKIO. El pasado fin de semana, TEPCO informó de que sus operarios habían detectado una radiación de hasta 1.800 milisievert por hora, un nivel 18 veces mayor al registrado hace solo una semana y que podría acabar con la vida de una persona en apenas cuatro horas.

La compañía indicó asimismo que la resina erosionada podría ser la causa de los altos niveles de radiación detectados en los tanques de almacenamiento de agua contaminada de la central nuclear.

Los operarios de TEPCO observaron que la radiación se concentra en las juntas de los tanques, placas de acero unidas con una resina especial para evitar las fugas de agua radiactiva, según informó la televisión pública NHK.

Tras inspeccionar los tanques, los operarios determinaron que no se ha filtrado más agua radiactiva, por lo que creen que la causa de estos altos niveles es la resina erosionada, aunque seguirán investigando para confirmarlo.

FUGAS RADIACTIVAS

El pasado 8 de agosto, el Ministerio de Economía, Comercio e Industria de Japón reveló que diariamente se vierten al subsuelo 1.000 toneladas de agua desde la central nuclear, de las cuales unas 300 contienen sustancias altamente radiactivas que llegan al Pacífico.

Con el fin de frenar las fugas, TEPCO inyectó un cóctel de agentes químicos para endurecer el subsuelo y crear un muro subterráneo alrededor de los reactores nucleares uno y dos e instaló una red de tuberías para extraer las toneladas de agua radiactiva acumuladas.

El pasado 16 de agosto, la compañía eléctrica comenzó a bombear el agua radiactiva desde el subsuelo hasta la superficie, a un ritmo de 60 toneladas diarias, para almacenarla en los tanques que ha construido alrededor de la central nuclear.

Sin embargo, los trabajos para la construcción de un muro subterráneo alrededor de los reactores tres y cuatro todavía están marcha, por lo que se calcula que diariamente siguen liberando unas 35 toneladas de agua radiactiva.

En las últimas semanas, TEPCO ha informado de varias fugas de agua radiactiva --de hasta 300 toneladas diarias-- desde uno de los tanques del reactor cuatro y ha alertado de que es muy probable que el vertido contaminante haya llegado al Pacífico.

Además, ha revelado que no detectó antes las fugas de agua radiactiva porque los tanques no tienen contadores y el único medio de control eran patrullas rutinarias, por lo que hasta que no se han formado charcos superficiales no han saltado las alarmas.

ADVERTENCIA DE LAS AUTORIDADES

En este contexto, el primer ministro japonés, Shinzo Abe, ordenó al Ministerio de Economía, Comercio e Industria que se implique directamente en la solución al problema de los vertidos radiactivos y no descartó la utilización de fondos públicos.

Este martes, el Gobierno hizo público un plan valorado en 21.000 millones de yenes (160 millones de euros), que saldrán de los fondos reservados, que recupera la vieja idea de congelar el suelo alrededor de los cuatro reactores dañados de Fukushima-1.

El plan gubernamental también contempla la descontaminación del agua, aunque de momento se desconocen los detalles. Hasta ahora, las autoridades japonesas se han servido de maquinaria francesa para limpiar los líquidos radiactivos.

Además, la Autoridad Reguladora de la Energía Nuclear (NRA) de Japón decidió elevar del uno --que indica una "anomalía"-- al tres --que indica un "grave incidente"-- el nivel de alerta por las fugas de agua radiactiva desde Fukushima-1.

La Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA), por su parte, ha expresado su preocupación por las fugas de agua radiactiva desde Fukushima-1 y ha ofrecido al Gobierno de Japón su ayuda para resolver este problema.

ACCIDENTE NUCLEAR

Los problemas en Fukushima-1 se deben al terremoto y el tsunami que el 11 de marzo de 2011 arrasaron la costa de la prefectura japonesa, dando lugar al peor accidente nuclear de la historia, junto al de la central de Chernóbil, en Ucrania.

Fukushima-1 estaba preparada para un terremoto, ya que Japón se asienta sobre una falla, pero no para un tsunami, por lo que el azote del mar provocó varias explosiones de hidrógeno que hicieron que los núcleos de algunos de sus reactores se fundieran parcialmente.