Sara Pérez Gómez, desde niña, mostró un espíritu curioso que la llevaba a observar a las personas e intentar comprender cómo se sentían. A los 16 años, comenzó un camino de autodescubrimiento a través de la meditación y el Reiki, herramientas que le permitieron conocerse más profundamente de lo que imaginaba. En su incansable búsqueda de respuestas y con el firme propósito de acompañar a otros, se formó en quiromasaje, medicina china, dietética y nutrición, y como auxiliar de enfermería. Aunque estuvo a punto de completar esta última formación (quedándole solo una asignatura), decidió emprender su propio camino. También se especializó en alimentación macrobiótica y energética, así como en medio ambiente. Sara tuvo su propia herboristería, donde no solo adquirió un gran aprendizaje, sino que también formó lazos que conserva hasta hoy. Tras cerrarla, fundó una nueva empresa dedicada a la educación alimentaria y medioambiental, desde la cual imparte talleres sobre alimentación consciente, técnicas de respiración y mindfulness, además de ofrecer consultas personalizadas adaptadas a personas con estilos de vida y patologías muy diversas. Este domingo ha impartido una conferencia sobre Energía Femenina y Alimentación organizada en Ataria de la mano del Ayuntamiento de Vitoria.
¿Cómo llegó a interesarse por la relación entre energía femenina y alimentación?
–Como mujer me ha tocado vivir en esta sociedad, que siendo clara es bastante masculina en la manera de trabajar, de vivir y de alimentarse… etc, en la que convierten cada proceso femenino en una enfermedad, fue desde mi rebeldía más profunda y también desde querer entender porque todos nuestros momentos vitales parecen estar acompañados de enfermedades, lo que me llevó a estudiar e integrar en mi vida una alimentación que fuese amable con mi parte femenina. Cuando descubrí la alimentación energética y macrobiótica, comprendí que el alimento no es algo meramente calorífico y analítico, si no que encierra en sí una parte de energía vital que impregna cada una de nuestras células, órganos, vísceras …etc, y que posee la capacidad de transformar nuestra salud.
¿Cómo definiría la energía femenina?
–La energía femenina es sensibilidad, nutrición, cuidado y una conexión cíclica profundamente vinculada a la tierra, externamente es suave y relajada, acompaña, nutre, es acogedora y amorosa y a la vez tiene una fuerza inmensa en lo más profundo, en su interior posee la capacidad de crear, crear una vida, un cuerpo, un proyecto… y también de destruir, como se destruyen nuestros óvulos no fecundados cada mes. Nuestra biología nos condiciona irremediablemente, nuestras hormonas en cada una de nuestras fases nos piden y necesitan cosas diferentes, de manera que cambian también nuestro mundo emocional.
¿Cuál es el papel de la alimentación en el sostenimiento o el desequilibrio de esa energía?
–Es una parte fundamental, no la única, porque también importan los hábitos que implementes en tu vida; el descanso, una vida activa, tus relaciones personales, tu trabajo, el tipo de ejercicio haces, el estrés y cómo lo gestionas.…Son varios los factores que nos afectan. La alimentación como otros hábitos, es algo que hacemos cada día y varias veces al día, y algo que no nos dicen es que la frecuencia con la que comemos un alimento es más tanto o más importante que la cantidad, ya que la vibración de ese alimento, su parte energética, nos afecta cada vez que lo comemos y nos puede alterar a nivel mental, emocional y físico.
¿Qué señales físicas o emocionales podríamos identificar como un desequilibrio en nuestra energía femenina?
–La ansiedad, la depresión, la irritabilidad y tensión en exceso, sueño alterado, sentir que no soy capaz de llevar las riendas de mi vida Las contracturas y la tensión muscular, el envejecimiento de manera prematura, arrugas demasiado marcadas para la edad, problemas en las articulaciones, reglas muy dolorosas e irregulares, acné, miomas, endometriosis, cánceres de cuello de útero, de mamas, cándidas son algunas de las respuestas del cuerpo al desequilibrio.
“Cuando descubrí la alimentación energética y macrobiótica, comprendí que el alimento no es solo calorías o nutrientes, sino que contiene una energía vital que impregna cada célula, órgano y víscera, con el poder de transformar nuestra salud"
A nivel nutricional, ¿hay alimentos que específicamente apoyan la energía femenina?
–Si, existen alimentos como las verduras, las semillas, los cereales, las legumbres, las frutas, el pescado y las flores que apoyan y cuidan la energía femenina, todos ellos los da la tierra o crecen y viven bajo ella, como el pescado. Eso no quiere decir que no podamos comer carne, lácteos o huevos, pero tenemos que cuidar más su ingesta. También es importante conocerse, saber cuáles son mis puntos más débiles, mi carácter, mi momento vital, mis necesidades y desde ahí adaptar la alimentación a mi día a día, a mi estado emocional y físico.
“Lo ideal es realizar ejercicios suaves como caminar, taichí, chikung, bailar o mover las caderas, además de aligerar y simplificar la vida todo lo posible"
¿Cómo cambia la alimentación recomendada según las distintas etapas de la vida de una mujer: adolescencia, fertilidad, maternidad, menopausia...?
–De jóvenes estamos en pleno desarrollo, nuestro cuerpo se encuentra en expansión y necesita fortalecer la sangre, equilibrar la energía y crear una base sólida para la futura fertilidad. El arroz, la avena, las legumbres, verduras verdes y evitar ultraprocesados, lácteos y azúcares en exceso. En la edad fértil, es importante sostener el ciclo menstrual y la vitalidad y para eso van genial las verduras dulces, las legumbres, los fermentos, las algas (verduras de mar), la variedad de cereales y tomar semillas y frutos secos. Evitar alimentaciones restrictivas. En la maternidad,necesitamos reponer sangre y fortalecer la energía vital, además de apoyar la lactancia. Las sopas y caldo mineralizantes de verduras, algas y cereales, el arroz y cereales como el mijo fortalecen el sistema digestivo, y lentejas. se necesita más recogimiento y cuidado emocional más profundo. En la menopausia, la transición hacia una nueva sabiduría, necesitamos calmar el sistema nervioso y nutrir los riñones. Las algas, el sésamo, los fermentos, las verduras al vapor, pequeñas cantidades de grasas saludables (aceite de sésamo, calabaza, nuez), evitar el exceso de alimentos crudos, muy fríos y azúcar. Necesitamos prácticas suaves con el cuerpo como el chikung, taichi, bailar, caminar.
¿Qué importancia tiene la ciclicidad menstrual en su enfoque nutricional?
–En la primera mitad del ciclo, El útero se prepara para un posible Embarazo, aumentan los Estrógenos que es la hormona Felicidad, aumenta la Energía,Se puede comer algo más de los alimentos salados, carnes y pan ; los que tienen una energía más concentrada. En la segunda mitad del ciclo, cuando baja la menstruación disminuyen los estrógenos, tenemos más cambios de humor, aumenta la progesterona y podemos tener mal humor. Se desprende el revestimiento del cuello del útero con el sangrado, si no hay embarazo. En esta fase lo ideal es comer más vegetales, reducir la sal, el pan, los alimentos secos y de origen animal.
“Nuestra biología nos condiciona irremediablemente; nuestras hormonas, en cada fase, nos piden y necesitan cosas diferentes"
En casos de mujeres que ya no menstrúan, ¿Cómo se puede seguir trabajando con la energía femenina desde la alimentación?
–En ese caso es más importante cuidar la alimentación y los hábitos, ya que durante la menstruación, los estrógenos nos aportan belleza y se encargan de mantener todo en su lugar y la menstruación ayuda al cuerpo muchísimo haciendo una limpieza muy profunda. Lo ideal sería realizar ejercicios suaves, caminar, taichi, chikung, baile, mover las caderas, aligerar y simplificar la vida todo lo que se pueda, tomar infusiones de flor como la manzanilla, lavanda, caléndula, malva… no preocuparse tanto por el peso, es mejor estar con algo de tripita que muy delgada, consumir más pescados que carnes y huevos, mucha verdura.
“La frecuencia con la que comemos un alimento es tan importante o más que la cantidad"
¿Cómo influye el estrés, el ritmo de vida moderno o la desconexión con el cuerpo en esta energía femenina que mencionas?
–¡Muchísimo! Uno puede alimentarse con lo mejor de la huerta que si el estrés es alto o se mantiene en el tiempo, no descansa bien y se pasa el día acelerado sin tiempo para parar y reconectar, para descansar, incluso no mastica bien ni come tranquilo, muy probablemente empiece teniendo digestiones males, acidez, inflamación, insomnio, cansancio, peor carácter...
Para alguien que quiere empezar a reconectar con su energía femenina a a través de la comida, ¿Qué pasos prácticos o consejos iniciales daría?
–Que no tenga prisa, los cambios lentos son más duraderos en el organismo y se afianzan mejor en el día a día, que no se obsesione con la báscula, que se ame, se trate con cariño y se hable bonito, que escuche siempre a su cuerpo.