Washington/el cairo. Mientras Israel aumentaba la tensión en la región mostrando la eficacia de su sistema de misiles, el presidente norteamericano, Barack Obama, pedía un voto "rápido" en el Congreso para una acción militar "limitada" contra Siria. Obama, que se mostró confiado en que logrará la autorización de los legisladores, cuenta ya con el del presidente de la Cámara de Representantes de EEUU, el republicano John Boehner. "Esto es algo que EEUU, como país, necesita hacer", dijo Boehner en declaraciones a los periodistas al salir de una reunión con Obama y otros líderes demócratas y republicanos del Congreso, celebrada en la Casa Blanca.

Sin embargo, aún es dudoso el apoyo del ex aspirante a la Casa Blanca John McCain, a quien Obama ha recurrido para el obtener apoyo del Congreso, pues el senador republicano dijo ayer que tiene dudas si la acción es demasiado limitada.

Por el contrario, numerosos miembros del Congreso, entre ellos el senador demócrata Patrick Leahy, han señalado que sólo apoyarían una autorización para el uso de fuerza militar si se trata de una acción limitada en Siria.

Hoy, Obama inicia una visita de dos días a Suecia en la que mantendrá contactos con los principales mandatarios nórdicos. Además de abordar el ataque en el palacio de Rosenbad, sede del Gobierno sueco, con el primer ministro, Fredrik Reinfeldt, por la noche lo podrá tratar en una cena con sus colegas noruego, Jens Stoltenberg; danesa, Helle Thorning-Schmidt e islandés, Sigmundur Davíð Gunnlaugsson, así como el presidente finés, Sauli Niinistö.

La visita a Suecia precede a la cumbre del G20, el jueves y el viernes en San Petersburgo (Rusia), donde Obama puede continuar con sus gestiones para lograr apoyos a sus represalias militares. No obstante, los países nórdicos han apostado mayoritariamente hasta ahora por agotar la vía de la negociación a través del Consejo de Seguridad de la ONU, salvo Dinamarca, que ya ha manifestado su apoyo a una intervención.

"no interesa a nadie" El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, pidió ayer considerar el "impacto" de una represalia militar por el posible uso de armas químicas en Siria en los esfuerzos para facilitar una solución y evitar que se extienda el conflicto. "El conflicto de Siria por toda la región no interesa a nadie", afirmó Ban en unas declaraciones a la prensa, en las que volvió a pedir la convocatoria "lo antes posible" de la conferencia de Ginebra para procurar una solución al conflicto, que dura ya más de dos años y medio.

En medio del debate en EEUU y Francia sobre un eventual ataque contra el régimen sirio, al que consideran responsable por el supuesto ataque químico del pasado 21 de agosto, Ban insistió en que "debemos evitar una mayor militarización del conflicto y revitalizar la búsqueda de un acuerdo político". Ban dijo haber escuchado "los argumentos a favor de la acción para prevenir el uso de armas químicas en el futuro", pero "al mismo tiempo debemos considerar el impacto de cualquier medida punitiva en los esfuerzos para evitar más derramamiento de sangre y facilitar una solución política".

senado ruso Entre los países aliados de Al Asad, ayer fue la presidenta del Consejo de la Federación de Rusia (Senado), Valentina Matviyenko, quien instó al líder de la mayoría en el Senado de EEUU, el demócrata Harry Reid, a evitar un ataque norteamericano contra Siria. "Me dirijo a usted con el llamamiento de que haga todo lo posible para que el drama en Siria no se convierta en una catástrofe regional a gran escala", reza la carta remitida por Matviyenko.

En El Líbano, el jefe de Hizbulá, jeque Hasan Nasralá, analizó ayer con un enviado iraní la situación en Siria. El presidente de la Comisión de Seguridad Nacional y Política Exterior del Parlamento de Irán, Alaeddin Boroujerdi, se había entrevistado con el propio Al Asad la víspera en Damasco y durante su estancia en Líbano también se reunió con el jefe del Parlamento libanés, Nabih Berri, y con el primer ministro designado, Talam Salam.

El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados tiene un plan para hacer frente a un eventual aumento de refugiados sirios en los países vecinos, que ya han superado los dos millones.