Londres. El primer ministro británico, David Cameron, se mostró ayer confiado en mantener su estrecha relación con Washington pese al serio revés parlamentario que ha bloqueado la participación del Reino Unido en un eventual ataque a Siria. Cameron aseguró que ha "entendido" el escepticismo que predomina entre los ciudadanos y buena parte de los parlamentarios británicos sobre una intervención militar y dijo que espera que los estadounidenses y el presidente Barack Obama aceptarán igualmente la situación.
El premier conservador consideró que no tiene que pedir disculpas a Obama por la decisión tomada la noche del jueves por la Cámara de los Comunes, que rechazó un ataque del Reino Unido en Siria, y resaltó que su Gobierno continuará presionando al régimen de Bashar al Asad por vías distintas a la militar. Así se lo pidió el líder de la oposición laborista, Ed Miliband, que encabezó el voto negativo en los Comunes pero considera que el Reino Unido no puede "lavarse las manos" en el conflicto.
El laborista volvió a invocar ayer el fantasma de le guerra de Irak, que a su juicio es una de la razones de peso que llevó a muchos diputados a posicionarse en contra de una intervención en Siria. "Creo que esta votación envía al mundo el mensaje de que el Reino Unido ha aprendido las lecciones de pasado, ha aprendido las lecciones de Irak", afirmó Miliband. Los votos de los laboristas hicieron descarrilar la moción con la que Cameron pretendía obtener permiso para atacar Siria, si bien Miliband no había descartado dar su apoyo al uso de la fuerza en una segunda votación en caso de que los inspectores de la ONU aportaran nuevas pruebas sobre el uso de armas químicas.
De forma inesperada, con la ayuda de 39 diputados rebeldes de la coalición de Gobierno (30 conservadores y 9 liberaldemócratas), el líder tory sufrió un duro golpe sin precedentes en el Reino Unido, donde nunca antes el Parlamento había vetado una acción militar propuesta por un Ejecutivo. Cameron aceptó sin rodeos el mandato de la Cámara y admitió que Londres no participará en ninguna acción internacional contra el régimen de Al Asad, lo que podría obligar a Estados Unidos a lanzar una ofensiva en solitario.
Críticas El revés ha obligado al primer ministro a salir al paso de las críticas que apuntaron a que la sesión extraordinaria en la Cámara de los Comunes era innecesaria. El primer ministro sostuvo que quería actuar "del modo correcto" y que el resultado de la votación demostró que "la política es difícil". Desde las propias filas del Partido Conservador salieron en defensa de su líder y así el diputado Richard Bacon, que votó en contra de la moción de Cameron, consideró ayer que el resultado "no fue una humillación, sino algo democrático".
Con todo, los miembros del Gobierno no ocultaron su preocupación por el papel que desempeñará en la escena internacional el Reino Unido a raíz de la votación del jueves. "Espero que esto no suponga un punto de inflexión en el que empecemos a volver la espalda a los problemas del mundo", indicó el ministro de Economía, George Osborne. "Creo que habrá un examen de conciencia nacional sobre nuestro papel en el mundo y sobre si el Reino Unido quiere desempeñar un papel destacado en la defensa del sistema internacional", afirmó el ministro conservador.
El estrecho margen por el que el Gobierno británico perdió una votación trascendental, de tan solo trece votos, abrió además una polémica sobre los parlamentarios conservadores y liberaldemócratas que no emitieron su voto por distintos motivos. Entre ellos se contaban la ministra británica de Cooperación Internacional, Justine Greening, y el secretario de Estado de Exteriores, Mark Simmonds, ambos conservadores, que no escucharon la campana que les llamaba a votar, pese a que se habían presentado minutos antes para contribuir al rechazo de una enmienda laborista.
"Fue una cuestión técnica", les defendió el primer ministro británico, quien subrayó que ambos "se han disculpado profundamente" y que su presencia en la Cámara no habría cambiado un resultado, por el que Cameron se mostró decepcionado.