Madrid. La querella interpuesta por la familia del disidente cubano Oswaldo Payá, fallecido hace un año en un accidente de tráfico en Cuba, asegura que fue un coche oficial conducido por agentes del Gobierno de ese país el que provocó el siniestro "de forma premeditada" y por lo tanto se trató de un "atentado". La querella criminal, presentada por la defensa de la mujer y la hija de Payá ayer en la Audiencia Nacional, achaca al teniente coronel José Aguilas, jefe de Instrucción de Delitos de Seguridad del Estado cubano, y al coronel Llanes, encargado de los delitos de la Seguridad del Estado, al menos un delito de lesa humanidad.
Narra que el 22 de julio de 2012 un vehículo oficial "de forma premeditada y deliberada" embistió al coche en el que viajaba Payá y que conducía el dirigente de Nuevas Generaciones del Partido Popular Ángel Carromero, provocando que éste se saliera de la vía. Como consecuencia del impacto fallecieron los disidentes Oswaldo Payá y Harold Cepeda Escalante y resultaron heridos Carromero y el sueco Jens Aron Mod.
"Aunque el plan consistiera en atentar contra la vida de las personas que viajaban en el vehículo, es evidente que, inherente a dicho fin y más importante, está la idea de acabar con el Movimiento Cristiano de Liberación" que lideraba Payá, señala la querella interpuesta por los abogados Francisco Andújar y Eduardo García Peña. La denuncia relata que Carromero llegó a Cuba el 19 de julio 2012.
Se trataba de un viaje, explica, de apoyo a la disidencia cubana que el Gobierno de la isla "supo de antemano", decidiendo "en un momento dado elaborar un plan para acabar con la vida" de los cuatro ocupantes del vehículo. Explica que estas personas fueron en todo momento seguidas por las autoridades cubanas y que Payá advirtió a sus acompañantes de que recientemente había sido embestido mientras circulaba con su coche. El día del accidente, los cuatro se dieron cuenta de que eran seguidos por un coche blanco y luego por otro rojo. Más adelante detectaron otro vehículo que identificaron como oficial porque su matrícula era azul y que, según la querella, iba "conducido sin duda alguna por agentes del Gobierno cubano".