BUENOS AIRES. El kirchnerismo encajó el domingo su peor resultado en diez años en las elecciones legislativas primarias y obligatorias para definir a los candidatos que concurrirán el próximo octubre. El oficialista Frente para la Victoria ganó a nivel nacional, pero sacó el porcentaje de votos más bajo desde 2003, 29% frente al 26,2% del dividido peronismo disidente y el 21,1% de radicales y progresistas, además de perder en los cinco principales distritos del país: la provincia de Buenos Aires, la Capital Federal, Córdoba, Santa Fe -provincia donde los Kirchner comenzaron su carrera política- y Mendoza.

El oficialismo sufrió, asimismo, reveses importantes en algunos de sus históricos bastiones como Jujuy, San Juan, Chubut y La Rioja. "Son elecciones nacionales, por favor, no olvidemos", dijo una alicaída Cristina Fernández pasadas las 23.45 horas. En su discurso, la presidenta argentina destacó que su fuerza política era la única presente a nivel nacional. "Si bien esto no es una elección preliminar, estaríamos en condiciones de mantener e, incluso, aumentar la representación parlamentaria", apuntó. En caso de que los resultados del domingo se repitieran en octubre, el oficialismo, efectivamente, mantendría el control del Congreso, aunque con mayorías más ajustadas que dificultarían los últimos dos años de mandato de Cristina Fernández.

Desde la llegada de Néstor Kircher al poder, estos han sido los peores resultados del kirchnerismo. En 2003, el fallecido esposo de la mandataria argentina ganó las elecciones con apenas el 22% de apoyo; dos años después, el kirchnerismo logró el 39% de los votos en las legislativas; en 2007, Cristina Fernández ganó la presidencia con el 45% de los votos; en 2009 el oficialismo sufrió su primera derrota al quedar como segunda fuerza política en las elecciones legislativas con un 31% de apoyo; mientras que los últimos comicios celebrados dieron una contundente victoria a Cristina Fernández, que fue reelegida presidenta de Argentina con el 54% de los votos.

Massa, en ascenso En otro golpe para el kirchnerismo, el peronista Sergio Massa, alcalde de la localidad bonaerense de Tigre y exaliado de los Kirchner, superó al oficialista Martín Insaurralde en la provincia de Buenos Aires, donde se encuentra el 37,3% del padrón electoral. Massa, del Frente Renovador, fue el gran triunfador de la noche, lo que le coloca como una figura emergente y clave en la fragmentada oposición.

Los medios de comunicación argentinos interpretaron este resultado electoral como "el anticipo del fin de un ciclo político", según Clarín, y "el declive nacional del kirchnerismo", según La Nación. Para los analistas, lo que el domingo quedó enterrado definitivamente fue la posibilidad de una tercera elección de Cristina Fernández, tras una debida reforma constitucional, ya que la actual Carta Magna no contempla una segunda reelección.