cleveland. Una jueza de Cleveland (EEUU) decretó ayer una fianza de ocho millones de dólares (6,1 millones de euros) para Ariel Castro, al que acusó del secuestro y violación de las tres jóvenes que estuvieron retenidas en su casa durante una década, en el primer día del proceso judicial abierto contra él.
Castro compareció ayer brevemente ante un juzgado de Cleveland por primera vez desde que fue detenido, en un juicio en que fue acusado formalmente de los cargos de secuestro y violación de las tres jóvenes, que pasaron entre 11 y 9 años secuestradas en casa de Ariel Castro, así como del secuestro de la hija que Berry tuvo durante su cautiverio. El acusado, vestido con un mono azul, mantuvo durante toda la vista la cabeza baja y sólo se dirigió en voz queda a su abogada.
La jueza decreto una fianza de dos millones de dólares por cada uno de los tres casos de secuestro y violación y otros dos millones por el secuestro de la menor.
Junto a Ariel Castro comparecieron los dos hermanos del acusado, Pedro, de 54 años, y Onil, de 50 años, por cargos no relacionados con las acusaciones formuladas contra el primero.
Los dos hermanos fueron detenidos el lunes junto a Ariel pero el miércoles el fiscal del caso, Víctor Pérez, advirtió que no presentaría cargos contra ellos al considerar que no estaban relacionados con el secuestro de las jóvenes. Pedro y Onil tenían pendientes acusaciones por dos delitos menores relacionados con el consumo de alcohol y drogas en público y fueron puestos en libertad por la jueza. Durante la vista, ni Pedro ni Onil se dirigieron a Ariel, que permaneció de pie a su lado.
Castro, que está sometido a vigilancia para impedir su suicidio, no se declaró ni culpable ni inocente y, de hecho, no pronunció palabra. Vestido con una camisa azul oscura, firmó con mano temblorosa los documentos que le entregaron.
"La situación ha cambiado", afirmó ante el tribunal el asistente del fiscal del condado de Cuyahoga, Brian Murphy. "Castro es el cautivo en cautiverio", apostilló.
la defensa Su letrada, la abogada de oficio Kathleen DeMetz, recordó que su cliente estaba desempleado, y como defensa dijo que reside desde hace 39 años en Cleveland y nunca había sido condenado por ningún delito grave hasta esta ocasión, un argumento que la fiscalía rebatió recordando la naturaleza terrible de los delitos que se imputan a Castro, el posible impacto que su libertad tendría sobre las víctimas y la posibilidad de que pueda reincidir.
Además, la madre de los hermanos habló con varios reporteros y, entre lágrimas, se disculpó en nombre de su hijo. Se espera que el caso contra él sea presentado ante un jurado en las próximas semanas, un momento en el que, según apuntó la ABC, el acusado probablemente sea acusado de más cargos.