WASHINGTON. Más de un millar de personas, en su mayoría jóvenes de todas las etnias, concentradas ante la Casa Blanca celebraron hoy la reelección del presidente Barack Obama al grito de "Four more years!" (¡Cuatro años más!).

Nada más conocerse los resultados electorales en Ohio que dieron matemáticamente la reelección a Obama, las calles de la capital -mayoritariamente demócrata- se llenaron de grupos de personas que gritaban a favor del presidente y de vehículos que hacían sonar sus bocinas para mostrar su satisfacción con el resultado electoral.

Los entornos de la Casa Blanca, que como medida preventiva se encontraban vallados y protegidos por agentes de seguridad, se vieron abarrotados en cuestión de minutos por más de mil personas que, entre abrazos, besos y mucha emoción, corearon todo tipo de consignas victoriosas, varias de ellas en español.

Al grito de "¡Sí, se pudo!" y bajo el cartel de "Arriba el voto hispano", Miguel Ángel Tabera, un estudiante mexicano de la Universidad George Washington, lideraba un numeroso grupo de hispanos cargados de esperanzas de cara a los próximos cuatro años.

"La victoria de Obama es algo increíble para la comunidad hispana. Somos una minoría muy representada en estas elecciones, que fueron ganadas por una población latina joven y cada vez más activa dentro de la política estadounidense", aseguró a Efe Tabera.

"En este país, no se pueden tomar medidas que beneficien sólo al 1 % de la población. Es increíble que Obama esté dispuesto a ayudar a los hispanos y a la gente que lo necesita", explicó el joven estudiante de 18 años quien, además, se mostró convencido de que dentro de ocho años habrá "un latino en la Casa Blanca".

Además de haber representaciones de casi todos los grupos étnicos de EE.UU., también fueron muchos los homosexuales que acudieron a celebrar la victoria de Obama ante las dependencias presidenciales.

Pasaban las dos de la madrugada y los gritos y cláxones seguían haciéndose notar en Washington, en una noche que se auguraba larga, en contraposición a un escrutinio electoral mucho más corto de lo previsto, que alrededor de las 23:30 hora local ya había proclamado nuevo presidente.