buenos aires. Alfonso Severo, testigo clave en un juicio contra un cacique peronista por el asesinato de un joven militante de izquierdas cuya desaparición fue denunciada ayer por su familia, apareció con signos de violencia en las afueras de Buenos Aires. Severo se dirigió por su propio pie a una parada de taxis de la localidad de Lanús, con las manos atadas y con marcas de haber sido golpeado, según indicaron los medios locales.

Su desaparición, denunciada ayer por sus familiares, sacudió Argentina y movilizó al Gobierno para evitar que se repitiera el caso de otro testigo desaparecido durante un proceso contra represores de la dictadura. Alfonso Severo, de 54 años, debía presentarse a declarar en un juicio oral por el crimen del joven Mariano Ferreyra, un militante de izquierda asesinado en 2010 durante una protesta de trabajadores del ferrocarril. Sin embargo, Severo no compareció y su familia denunció que había desaparecido en la noche del miércoles, cuando se dirigía al domicilio de su hijo, en Avellaneda. Su automóvil fue hallado en la tarde de ayer por la Policía a pocas manzanas de su casa.

Severo es considerado un testigo clave en el juicio por el crimen de Ferreyra, por el que están acusados José Pedraza, jefe de la Unión Ferroviaria, y su colaborador en ese sindicato, Juan Carlos Fernández, como presuntos instigadores, y Cristian Favale y Gabriel Sánchez, como los supuestos autores materiales del asesinato y las heridas a otros manifestantes durante la protesta ferroviaria.

También están sometidos a juicio otras seis empleados ferroviarios y afiliados de la Unión Ferroviaria y siete oficiales de la Policía Federal.

El Ministerio de Seguridad argentino había lanzado una alerta nacional para dar con el paradero del desaparecido, mientras agrupaciones de izquierda se movilizaron hasta la Plaza de Mayo, frente a la sede del Ejecutivo, para pedir la "aparición con vida" de Severo.

El caso de Severo trajo a la memoria el del albañil Jorge Julio López, testigo clave en juicios por crímenes de la dictadura militar (1976-1983) y que está desaparecido desde hace seis años.

López fue visto por última vez el 18 de septiembre de 2006 cuando se dirigía a escuchar la sentencia en el juicio en el que el ex comisario de Policía Miguel Etchecolatz fue condenado a prisión perpetua por delitos de represión, proceso en el que el albañil fue testigo de cargo.