CARACAS. Durante todo el pasado siglo, Venezuela era uno de los principales destinos de emigrantes gallegos, asturianos, vascos. Pero en los últimos años, se ha convertido en un país emisor de migración. Aunque no existen cifras oficiales, se calcula que en el exterior hay alrededor de millón de venezolanos, de los que más de 100.000 residirían en el Estado español. Esta población también se prepara para emitir su voto el próximo 7 de octubre en los diferentes consulados en los que se han habilitado mesas electorales. Es el caso del de Bilbao, donde están registrados 1.015 electores. El resto de los centros de votación se ubicarán en Vigo, Madrid, Barcelona y Tenerife. "A pesar de que se calcula que en España hay más de 100.000 venezolanos, solo se han registrado para votar 20.306", explica Juan Pablo de Bidegain, miembro del Comando Venezuela en el exterior, que promueve la participación electoral.
Comando Venezuela es un grupo ligado a la oposición, coordinado por Leopoldo López -prominente figura de la oposición que se retiró de las elecciones primarias de la Mesa de Unidad Democrática (MUD) para apoyar a Henrique Capriles-, que desplegará hasta 100.000 personas como testigos en todas las mesas de votación. "Las condiciones para votar los venezolanos son muy difíciles, porque el sistema electoral no prevé el voto por correo y el votante debe desplazarse al consulado", explica De Bidegian, quien, en cambio, anima a votar: "El país necesita revertir la situación actual, porque se dirige hacia el precipicio".
Este arquitecto cántabro que pasó su infancia en Venezuela y que cuenta con la doble nacionalidad considera que "sin duda, la oposición está con más posibilidades que nunca de ganar". "Unirse era la única posibilidad de luchar contra el Gobierno de Chávez, porque en un panorama muy fraccionado, el que tenga un 25% siempre es el campeón", señala. Tras más de diez años de fracasos en las urnas, la oposición decidió unirse bajo la Mesa de Unidad Democrática en las elecciones legislativas de 2010, obteniendo sus mejores resultados: el chavismo tuvo que conformarse con la mayoría simple en la Asamblea Nacional y a pesar de que la oposición se quedó con 33 diputados menos que las fuerzas oficialistas, la diferencia de votos en porcentaje fue apenas del 1%. Con ese antecedente, la oposición decidió aplicar la misma estrategia en las elecciones presidenciales, para lo que llevó a cabo un proceso de elecciones primarias en las que participaron casi tres millones de venezolanos y en las que Capriles fue el candidato elegido por más de 60% de los votantes.
"Capriles es un hombre joven, ahora tiene 40 años, pero a pesar de esa juventud tiene una trayectoria larga, demostrada, de servicio y de compromiso con la sociedad, desde su actividad como diputado, como alcalde durante dos legislaturas y como gobernador del estado de Miranda -el más poblado del país", opina De Bidegain. "Y tiene carisma. Con motivo de las lluvias torrenciales que tuvieron lugar en 2010, con grandes desastres, con miles y miles de damnificados, a Capriles se le vio recorriendo las calles con el agua más arriba de la cintura, no como el típico político que lo hace desde un helicóptero", agrega.
Gestión chavista De Bidegain se muestra muy crítico con la gestión del Gobierno de Hugo Chávez durante los últimos 14 años al frente de Venezuela y destaca la inseguridad como uno de los principales retos a combatir. El oficialismo ha dejado de publicar cifras oficiales, pero organismos independientes estiman que cada año se producen en Venezuela entre 16.000 y 19.000 muertes violentas. Y esto provoca que mucha gente esté saliendo del país. "Es gente preparada cuyas aspiraciones son vivir bien, andar por la calle con tranquilidad", comenta.
Otra de las problemáticas que identifica De Bidegain y que ocupa un lugar destacado en el programa electoral de Capriles es la educación. "La educación viene siendo el principal problema primario. Venezuela es un país que tiene una capa grandísima de población pobre, pero además tremendamente inculta, sin ninguna preparación y eso es caldo de cultivo para el clientelismo y el populismo. Una de las primeras necesidades es la educación, porque detrás viene el resto", explica.
"Después de 14 años hay una situación de desmoronamiento de las estructuras. Se ve un país que ha tenido en la última década ingentes ingresos por el petróleo, pero que no ha conseguido aprovecharlos. Tenemos el ejemplo de Noruega o los países del Golfo, donde las grandes cantidades de dinero han servido para grandes inversiones en infraestructuras. Pero además, ahora es cuando más endeudada está Venezuela. Hay una mala administración, ineficaz e ineficiente, que no está administrando bien los recursos", lamenta De Bidegain, quien manifiesta esperanzado: "A mucha gente se le va cayendo el pañuelo de la cara y empieza a ver la realidad".