La vuelta al cole en la Cámara de Holyrood fue intensa y reflejó las emociones que se van a vivir en el hemiciclo escocés durante este curso. La presentación que hizo el martes el Gabinete Salmond de sus mociones giró, sobre todo, en torno a dos puntos que levantan pasiones: el referéndum de independencia y el matrimonio homosexual. Pocas frases hubo en el discurso de Alex Salmond que no hicieran referencia a la consulta sobre la independencia. El político nacionalista recalcó que la situación económica de la zona norte de la isla es mejor que la de sus vecinos, e insistió en "la necesidad de poder controlar todos los recursos para impulsar el crecimiento y la inversión en Escocia". La moción que el gobierno presentará servirá para legislar aspectos de la consulta como las fechas concretas o los procedimientos legales para que se lleve a cabo. Es, por tanto, una de las piezas fundamentales del referéndum. También prestará especial atención a que se mantengan los "más altos estándares internacionales" con el objetivo de asegurar su legitimidad. Salmond remarcó que su gobierno dará al pueblo la oportunidad de "elegir la independencia, es decir, responsabilidad como nación, una voz en el mundo y un gobierno que refleje las prioridades y valores escoceses".

acuerdo con cameron El objetivo del Partido Nacional Escocés (SNP, en inglés) es presentar la moción sobre el referéndum a principios de año. Solo de esa forma podrán llevarse a cabo todos los trámites y que la consulta se celebre en el otoño del 2014, como pretenden los nacionalistas. Para ello, el gobierno de Alex Salmond tendrá que superar algunos obstáculos. El más importante de ellos, llegar a un acuerdo con el Primer Ministro británico, David Cameron, para sentar las bases legales de la consulta. Algo que, como el propio Alex Salmond desveló en su comparecencia parlamentaria, "podría darse en las próximas semanas".

Ambos ministros tienen que acordar la modificación de la Ley de Escocia para que la Cámara de Holyrood tenga capacidad legal para gestionar la consulta y sus resultados. Este cambio en la normativa deberá acordarse y realizarse en un tiempo récord, ya que es indispensable para que la moción sobre el referéndum llegue al Parlamento escocés en enero. Pero, además, la "patata caliente" de las negociaciones pasa por el número de preguntas que habrá en la papeleta. El hecho de que el propio SNP haya anunciado que "hay esperanzas de llegar a un acuerdo en breve" hizo apuntar a los analistas que ambas partes cederían. De esta forma, los nacionalistas aceptarían una sola pregunta sobre la independencia completa en vez de dos, con otra cuestión sobre la ampliación de poderes. A su vez, el gobierno británico daría su brazo a torcer para que la edad de votación en el referéndum se baje hasta los 16 años, una franja de edad donde el SNP cuenta con un gran apoyo. En cualquier caso, dejando a un lado las teorías, el resultado real de las negociaciones entre ambos gabinetes no se conocerá hasta finales de septiembre o principios de octubre.

matrimonio homosexual El otro gran asunto que el gobierno escocés llevará a la cámara parlamentaria durante este curso es el derecho de las parejas homosexuales a casarse. En la misma normativa, también se regulará el derecho de las parejas civiles a registrarse mediante una ceremonia religiosa. Se trata de una propuesta que ha creado una gran polémica, sobre todo en el seno de las iglesias católica y presbiteriana. Con un amplio espectro de religiones en Escocia, los políticos tratan la regulación del matrimonio homosexual con un especial cuidado. Por eso mismo, Alex Salmond dejó claro en su comparecencia que la moción que van a presentar "asegurará que ningún celebrante tenga que tomar parte en una ceremonia del mismo sexo si no quiere. Es la mejor manera para respetar las opiniones religiosas, asegurando la igualdad ante la ley". También recalcó que se respetaría la "libertad de religión" de los distintos sacerdotes. Es un tema tan delicado y polémico en Escocia que el Primer Ministro dio libertad de voto a sus propios parlamentarios. Además de las mociones sobre el referéndum y el matrimonio homosexual, Alex Salmond presentó otras 13 propuestas de ámbitos tan dispares como el incremento de horas de educación y cuidado para los niños de 2 a 4 años o reformas en los tribunales de Escocia.

Desde la oposición, tanto los laboristas como los conservadores criticaron ferozmente las propuestas del gobierno escocés. Según la portavoz del Partido Laborista en Escocia, Johann Lamont, "vemos a un primer ministro cansado a cargo de un gobierno flojo que no tiene nada que ofrecer al pueblo de Escocia, a parte de un referéndum sobre el que, además, sigue vacilando". Entre los aplausos de su bancada y los abucheos de los nacionalistas, Lamont criticó que "Alex Salmond dice que no puede cambiar Escocia porque no tiene suficiente poder, pero no utiliza el que sí tiene para mejorar". También fue muy crítica la portavoz conservadora. Ruth Davidson aseguró que el gobierno "solo promueve los intereses del SNP ya que la obsesión por separarse es lo que domina".