Washington. El presidente de EEUU, Barack Obama, pidió ayer consenso en el Congreso y la adopción de políticas "de sentido común" para reducir la violencia causada por las armas, en un discurso ante una organización de afroamericanos con el que puso fin a una gira de tres días tras el tiroteo en Colorado.
Obama aseguró en su intervención en Nueva Orleans ante la Liga Nacional Urbana, una organización de defensa de los derechos civiles y de los afroamericanos que cree que "una gran cantidad de propietarios de armas estarían de acuerdo en que los (fusiles de asalto) AK-47 estén en manos de soldados, no de criminales". Seis días después del tiroteo en un cine de Aurora (Colorado) que causó 12 muertos y 58 heridos, Obama abogó por un consenso entre demócratas y republicanos en el Congreso para frenar la violencia armada.
El presidente y candidato demócrata a la reelección se refirió a la necesidad de la verificación de los antecedentes de aquellos que quieren comprar armas y de mantener a los desequilibrados mentales lejos de ellas. Sin entrar en detalles, Obama indicó que las medidas para el control de la posesión de armas deberían ser "de sentido común" y no generar "controversia". Aunque en su discurso volvió a defender la Segunda Enmienda de la Constitución, que consagra el derecho de los estadounidenses a la tenencia de armas, Obama habló sin tapujos del problema de la violencia con unas de las afirmaciones más contundentes al respecto desde que llegó a la Casa Blanca en 2009.
Aumento de la demanda En Estados Unidos hay más de 300 millones de armas de fuego en posesión de los ciudadanos y las matanzas como la ocurrida en Aurora, a las afueras de Denver, reavivan el debate sobre el derecho consagrado en la Segunda Enmienda. Un 73% de los estadounidenses se mostraba a finales de 2011 en contra de que se prohibiera la posesión de armas de fuego, según una encuesta de Gallup, y tras el tiroteo en Aurora las solicitudes para poder comprar armas en Denver aumentaron en torno a un 40%.
En un año en el que Obama se jugará la reelección en noviembre frente al republicano Mitt Romney, los analistas no esperan que ninguno presente propuestas concretas para un mayor y mejor control de la posesión de armas. Durante el mandato de Obama no se ha aprobado medida alguna ni ley para limitar la posesión. Tampoco se ha reinstalado la prohibición de tener armas de asalto, a pesar de que prometió hacerlo en la campaña electoral de 2008.
Ante unos votantes, los afroamericanos, que lo siguen respaldando abrumadoramente frente a Romney y que fueron de los más afectados por la crisis económica, el presidente defendió ayer sus políticas económicas en el marco de su discurso de reivindicación de la clase media.