El desempleo de Estados Unidos ha estado por encima del 7 % durante cuatro elecciones presidenciales desde la Segunda Guerra Mundial y en tres de estas ocasiones el presidente perdió su reelección. Solo Ronald Reagan, en 1984, sobrevivió con un mensaje inspirador y optimista. El presidente Barack Obama busca con todas sus fuerzas emular la gesta del líder republicano.
Sin embargo, los decepcionantes últimos datos de empleo complican su campaña. En junio, el país solo creó 80.000 puestos de trabajo, una cifra insuficiente para reducir la tasa de paro del 8,2 %. A principios de año, tras tres meses de un fuerte incremento de ocupación, algunos economistas predijeron que el desempleo podría situarse por debajo del 8 % a finales de año. Un hito que sería un éxito crucial para el presidente Obama pero que cada vez parece menos probable.
El mercado laboral se encuentra con un crecimiento estancado y exiguo. Además, los recientes informes de la Reserva Federal y del Fondo Monetario Internacional (FMI) alertan de la debilidad de la recuperación económica de Estados Unidos y del riesgo de contagio de la crisis de la zona euro.
Ante esta situación poco halagüeña, Barack Obama lanzó esta semana un mensaje positivo y de esperanza en el futuro durante su gira con autobús por los estados clave de Ohio y Pensilvania. El mandatario aseguró que las nuevas cifras de ocupación son "un paso hacía la buena dirección" y destacó que esta tendencia de creación de empleo se ha mantenido en los últimos 28 meses de forma consecutiva. Aún así, dijo que "todavía queda mucho por hacer".
Obama tiene complicada su reelección con un paro por encima del 8 %, un crecimiento débil, y un Congreso paralizado que se niega aprobar su plan para crear empleo. Aún así, no es imposible si logra calar su mensaje. Su estrategia pasa por convencer a sus conciudadanos de que el país ha mejorado bajo su presidencia y después de la peor recesión desde la Gran Depresión de los años 30. "En estas elecciones no se decide solo el nombre del próximo presidente, se decide entre dos visiones muy diferentes del futuro de nuestro país", afirmó Obama en los tres discursos que pronunció el pasado viernes en distintas localidades de Ohio.
El mensaje es claro: un voto por su contrincante, el republicano Mitt Romney, es una apuesta por las mismas políticas del expresidente George W Bush que provocaron la crisis. Por ello, el presidente pidió a los votantes de Ohio y Pensilvania cuatro años más para consolidar las reformas a favor de la clase media.
romney recorta distancias Obama continúa liderando las encuestas con un 47 % del electorado, pero Romney ha conseguido recortar distancias en el último mes. Según la web RealClearPolitics, que elabora un promedio diario de los principales sondeos de opinión, el presidente tiene una ventaja de 2,7 puntos. Más allá de los porcentajes de voto, según analistas políticos, Barack Obama tiene muchas posibilidades de obtener la reelección pero su suerte está en manos de cómo se encuentre la situación económica del país en noviembre.
Un respiro en el Supremo La economía no da tregua pero el presidente Obama consiguió a finales de junio dos victorias importantes en el Tribunal Supremo. La más alta jurisdicción del país decidió, primero, dar la razón a su gobierno al invalidar tres de cuatro disposiciones de la controvertida ley de inmigración de Arizona. Y, tres días más tarde, emitió la decisión judicial más esperada de las últimas décadas que significó un espaldarazo a la reforma sanitaria de Obama, el buque insignia de su mandato y quizá de su futura herencia.
En una votación reñida, los jueces avalaron la constitucionalidad de exigir a todos los ciudadanos la compra de un seguro médico porque consideraron que la sanción que prevé la ley para aquellos que no cumplan con este mandato es un impuesto.
La decisión del Tribunal Supremo fue un duro revés para los republicanos y para su candidato a la presidencia, Mitt Romney, pero también un estímulo para su campaña para derrotar al presidente. Para el experto en gobierno americano de Brookings, William Galston, la sentencia movilizará a los votantes conservadores en las presidenciales de noviembre. "El proceso electoral es el único recurso que les queda para derogar la reforma sanitaria", asegura.
De hecho, los efectos de la sentencia ya se han empezado a ver en el campo republicano. La campaña de Romney anunció el pasado viernes una recaudación de 100 millones de dólares durante el mes de junio. Una cifra récord para un candidato republicano y solo superada por el presidente Barack Obama, que durante el momento cúspide de su candidatura presidencial, en septiembre de 2008, consiguió 150 millones de dólares (81,5 millones de euros).
Esta recaudación y una economía renqueante acrecientan las opciones del millonario Mitt Romney de llegar a la Casa Blanca. Sin embargo, la campaña es larga y se espera que sea muy dura. El candidato republicano ha cometido muchos errores que pueden pasarle factura en el día de las elecciones. El último, cuando contradijo a su partido asegurando que la ley de Salud de Obama no es un impuesto. Más tarde, Romney rectificó el error pero, con ello, añadió más leña a las criticas por sus posiciones oportunistas y cambiantes. El próximo 6 de noviembre saldremos de dudas.