Las denuncias de irregularidades están dominando la resaca postelectoral en México y vienen de dos frentes: por un lado del candidato izquierdista Andrés Manuel López Obrador, que ya ha anunciado que va a impugnar la elección presidencial, y, por otro, del movimiento estudiantil #YoSoy132, que la tarde del lunes volvió a salir a las calles contra el virtual ganador de los comicios, Enrique Peña Nieto, y para denunciar el robo de casillas electorales y la compra de votos en diferentes puntos del país. Estos dos hechos están haciendo revivir los fantasmas de la crisis postelectoral de 2006, cuando López Obrador no reconoció la victoria del actual presidente, Felipe Calderón, y encabezó multitudinarias manifestaciones y bloqueó durante meses el Paseo de la Reforma, una de las principales arterias de la capital mexicana.
"Vamos a impugnar la elección porque no podemos aceptar una votación fraudulenta", manifestó López Obrador. Para el candidato de izquierdas, que según los resultados de Instituto Federal Electoral (IFE) obtuvo tres millones de votos menos que el candidato PRI, la elección fue "inequitativa y estuvo plagada de irregularidades". "Tenemos pruebas de que solo en el Estado de México (donde Peña Nieto gobernó durante seis años) se gastaron 1.800 millones de pesos en despensas (entrega de comida). Se compraron al menos un millón de votos", denunció. No solo eso, el izquierdista también denunció el favoritismo que han mostrado las televisoras hacia su rival y el gasto electoral excesivo del PRI.
Ayer, el PRD denunció que habían encontrado más de 113.000 casillas con algún tipo de inconsistencia. López Obrador manifestó que seguirán "todos los cauces legales" y que no puede reconocer una derrota hasta que no se den a conocer los resultados definitivos, previsto para hoy. "Hay mucha información de dominio público sobre la compra de votos, es un escándalo, compraron millones de votos. Todo esto lo estamos fundando y es parte de los juicios que en su momento se van a presentar", denunció. Ante la pregunta de si llamará a movilizaciones, López Obrador respondió: "Vamos a actuar como lo estamos haciendo, estamos defendiendo sus votos".
comienzan las protestas Por su parte, el movimiento #YoSoy132 asegura que tiene documentadas al menos 500 irregularidades, la mayoría por compra de votos y robo de casillas. Los analistas han advertido de que Peña Nieto enfrentará una calle muy activa y, efectivamente, las protestas han comenzado con los jóvenes como protagonistas, que un día después de la jornada electoral volvieron a llenar las calles, cortando en ocasiones el tráfico, para dirigirse a la sede del PRI.
"Tenemos un claro ganador, pero hay quien al parecer no sabe perder, lo hemos visto desafortunadamente, a alguien que nunca ha sabido reconocer un resultado adverso", apuntó, por su parte, Luis Vicegaray, coordinador de campaña de Peña Nieto, quien añadió que el PRI está preparado para defender su triunfo en las instancias legales. El IFE admitió ayer incidentes, pero no irregularidades, y avaló el proceso electoral, como también lo hicieron los observadores.
Mientras, los mexicanos comienzan a temer una crisis postelectoral como la de 2006. "Eso sería malo para México", se quejaba ayer Benjamín, trabajador de un salón de belleza del DF. "López Obrador hace siempre lo mismo, no sabe perder", añadía. Sin embargo, el izquierdista tiene muchos seguidores en la capital mexicana y su capacidad de movilización es todavía importante, como demostró cuatro días antes de las elecciones, cuando llenó el Zócalo. "Estoy bien enojado con la victoria de Peña Nieto, pero no creo que se pueda hacer ya nada contra eso", señalaba un resignado Roberto.