Bruselas. Francia acoge expectante la segunda y definitiva ronda de los comicios presidenciales que tendrá lugar hoy, y en la que el candidato del Partido Socialista, François Hollande espera desbancar a su rival y actual jefe de Gobierno, Nicolas Sarkozy.
Todos los sondeos apuntan a que el candidato socialista será el nuevo presidente francés con el 52% de los votos, aunque todavía queda por decidir el margen final entre ambos tras el debate televisado de la pasada noche del miércoles, que no alteró significativamente la intención de voto del electorado.
Así, el resultado de la elección presidencial francesa puede marcar un giro considerable a la política económica de la Unión Europea (UE), en la que el cambio de políticas económicas que promueve Hollande está comenzando a calar en las últimas semanas.
El cambio de enfoque de una política centrada en la austeridad y el saneamiento de las cuentas públicas para orientarla hacia el crecimiento y el empleo, aunque sin alegrías en el gasto público, se está haciendo poco a poco cada vez más palpable en la UE.
Otras propuestas más "belicosas" de Hollande, como renegociar el pacto fiscal firmado en marzo por 25 países comunitarios, están siendo cada vez más matizadas, mientras que en su petición de que el BCE intervenga más en apoyo del crecimiento coincide con el actual presidente francés, Nicolas Sarkozy.
Si gana Sarkozy, en Bruselas ya saben qué pueden esperar de él, pero si el vencedor es Hollande, la elección francesa del domingo "puede dar un giro importante" en la discusión en la UE sobre economía y fronteras, una cuestión que el presidente en funciones ha agitado de forma creciente en los últimos meses.
déficit cero En primer lugar, los datos divulgados el 23 de abril por Eurostat muestran que Francia está mejor de lo que se pensaba y que le costará menos de lo previsto llegar al umbral del déficit 3% del PIB, tras cerrar 2011 en el 5,2%. Sin embargo, Hollande ya ha advertido de que se tomará tranquilamente llegar al déficit cero, lo que espera lograr en 2017, es decir al final de su eventual mandato.
Y en segundo lugar, en Bruselas se confía en que por fin se está produciendo el tan esperado cambio de ciclo económico, lo que debería permitir el inicio de unas políticas diferentes, de las que Hollande podría ser un abanderado en la UE, señala una fuente diplomática.
Aún así, tampoco se esperan grandes cambios de la noche a la mañana. Según el analista del Cetro Europeo de Estudios Políticos (CEPS), Marco Incerti, el margen para las alegrías fiscales es mínimo y "nadie sabe cuál es la receta para el crecimiento".
Como dijo el jueves el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, la consolidación presupuestaria "es inevitable" pero hay que "preservar las inversiones que generan crecimiento", en sectores como educación, energía e innovación. Según Incerti, se busca "la cuadratura del círculo".