París. Las habituales manifestaciones del 1 de mayo, Día Internacional de los Trabajadores, suelen centrarse en el trabajo y la cohesión social, pero la campaña presidencial dominó ayer la jornada en Francia ante la segunda vuelta de los comicios el domingo. El presidente francés, Nicolas Sarkozy, que busca su reelección, se esforzó en un discurso frente a la Torre Eiffel por recaudar votos de los indecisos, especialmente los del ala más a la derecha. Para ello cargó contra los inmigrantes, de quienes dijo que hay "demasiados" en Francia.

Mientras, el candidato socialista y, según las encuestas, favorito para ganar las elecciones, François Hollande, aprovechó un acto en memoria del ex jefe de gobierno Pierre Bérégovoy para captar votos. El aspirante del Partido Socialista destacó en un breve discurso que sus propuestas para incentivar el crecimiento económico ya provocaron reflexiones en varios países europeos. Durante la campaña electoral ha anunciado en varias ocasiones su intención de renegociar el pacto fiscal europeo en caso de ganar las elecciones presidenciales y ayer mismo reiteró que lo haría a favor de un pacto de crecimiento "en buena armonía con los socios" europeos. Durante los actos por el Día Internacional de los Trabajadores, varios representantes de los trabajadores, como el líder del sindicato CGT, Bernard Thibault, anunciaron su apoyo a Hollande.