Budapest. Hungría está empezando a ceder ante las crecientes presiones de la Unión Europea (UE), y su primer ministro, el conservador nacionalista Viktor Orban, prometió ayer garantizar plenamente la independencia del Banco Central MNB, la principal exigencia comunitaria. El gobierno magiar pretendía, entre otras medidas polémicas, fusionar el MNB con una nueva entidad supervisora, liderada por una persona elegida por el Gobierno, lo que provocó esta semana tres procedimientos sancionadores de la Comisión Europea.

En declaraciones a la prensa, Orban dijo en Budapest que aceptará lo exigido por la UE y no se aplicará la polémica ley que preveía esos cambios en el banco emisor. El mandatario magiar señaló que confía en cerrar un acuerdo político con la Comisión Europea y vaticinó que no será difícil modificar la legislación en cuestión. El único punto de fricción podría ser que el consejo rector del banco emisor debe jurar la nueva Constitución que ampara esas reformas legales, dijo Orban, quien cuenta con una mayoría abrumadora de dos tercios en el Parlamento.