vitoria. El órdago del primer ministro británico, David Cameron, ha reabierto el debate sobre una posible consulta independentista en Escocia. Tras su arrolladora victoria del año pasado, el ministro principal escocés, Alex Salmond, anunció su intención de llevar a cabo el referéndum, pero en la segunda etapa de su mandato, hacia 2014, y en base a tres opciones: estatus actual, más autonomía o independencia.
Sin embargo, la propuesta de Cameron, que aún no se la ha trasladado formalmente a Salmond, viene con condiciones: que se celebre en los próximos 18 meses y que solo incluya dos preguntas, es decir, permanecer o salir del Reino Unido. Según el primer ministro británico, "no podemos interferir en una región del Reino Unido si quiere hacer la pregunta: ¿Estamos mejor fuera? No podemos meternos en medio de eso, pero creo que los escoceses se merecen una pregunta justa, clara y decisiva". Sin embargo, el Gobierno escocés ya ha adelantado que hará todo lo posible por impedir que Londres fije el calendario y el contenido de la consulta.
Considerada hace apenas quince años una ilusión, la opción de la independencia comenzó a tomarse en serio con la victoria electoral del Partido Nacional Escocés (SNP) de Alex Salmond en 2007. Hasta entonces, los laboristas habían gozado de la mayoría en el Parlamento escocés desde su establecimiento -en 1999- con el proceso de devolución de competencias promovido por el Gobierno de Tony Blair. Una de las primeras medidas que llevó a cabo Salmond como ministro principal fue la de abrir el debate sobre la independencia de Escocia, al presentar en el Parlamento un documento defendiendo los motivos de su partido para poner fin a la unión con Inglaterra.
La idea de Salmond entonces era convocar un referéndum de autodeterminación para 2010. En una entrevista con este medio, el ministro principal escocés explicó entonces su proyecto de consulta: "Hemos establecido cuatro opciones porque es lo razonable y es nuestro trabajo como Gobierno. El status quo, que no es una opción porque nadie cree en ello y ningún partido político lo apoya; pequeños cambios legislativos en la línea de la comisión Calman; una gran descentralización con autonomía fiscal pero manteniendo la política de defensa y asuntos exteriores en manos del Reino Unido; y la independencia".
El primer intento Durante su primer mandato, el ministro principal escocés publicó el borrador de un proyecto de ley para la celebración de una consulta y hasta puso fecha: el 30 de noviembre de 2010. Sin embargo, la rotunda oposición del resto de los partidos políticos hizo entonces inviable el referéndum, lo que obligó a Salmond a retrasar esta promesa hasta la siguiente legislatura. La nueva cita electoral tuvo lugar el pasado mes de mayo y los nacionalistas del SNP lograron la mayoría absoluta, lo que abrió de par en par las puertas para la celebración de la consulta independentista, al entenderse su abrumadora victoria como un aval a los planes del Gobierno de Salmond. Muchos escoceses que hasta el momento habían votado por el Partido Laborista comenzaron a ver al SNP como la formación que mejor defiende sus intereses.
El ministro principal escocés renovó entonces su promesa de celebrar una consulta y apuntó a la segunda mitad de su mandato: hacia 2014. Asimismo, confirmó que además de poder votar "sí" o "no" a la independencia, las papeletas incluirán una opción intermedia: la autonomía fiscal completa, que permitiría a las autoridades escocesas recaudar impuestos y controlar el sistema de bienestar social, aunque sin separarse del Reino Unido, con el que compartiría Defensa y Asuntos Exteriores.
El momento actual Ahora, mientras los laboristas y los conservadores buscan, sin éxito, encontrar a un líder en Escocia que haga sombra al carismático Salmond, desde Londres, Cameron ha aceptado el referéndum como una realidad, aunque quiere poner límites a la propuesta del ministro principal escocés. Consciente de que la opción intermedia es ampliamente aceptada en Escocia, el primer ministro británico quiere reducir la consulta a dos únicas preguntas: "sí" o "no" a la separación del Reino Unido. Además, el hecho de que quiera fijar la fecha de su celebración en los próximos 18 meses es interpretado como una maniobra para recortar tiempo a Salmond en su búsqueda de apoyo popular a la independencia.
Y es que la aceptación de esta opción está subiendo recientemente entre los escoceses. Una encuesta del pasado octubre realizada por la empresa ComRes reveló que el apoyo a la separación del Reino Unido había subido once puntos, del 38 al 49%. "No hay ninguna duda de que la gente quiere que su Parlamento tenga una mayor influencia sobre sus vidas", explicó entonces la codirectora del Instituto para la Gobernanza y Profesora de Políticas de la Universidad de Edimburgo, Nicola McEwen.
Sobre la propuesta que pretende realizar Cameron a Salmond, el Gobierno escocés asegura que no permitirán que Londres establezca la forma de celebrar el referéndum. "Cuanto más intervenga el Gobierno del Reino Unido, entonces más fuerte será el apoyo a la independencia, y hemos visto esa tendencia desde las elecciones", manifestó un portavoz. Asimismo, en unas declaraciones a la cadena británica BBC, la número dos del Ejecutivo, Nicola Sturgeon, recomendó a los conservadores, laboristas y liberaldemócratas que "no busquen intervenir en decisiones que competen al Gobierno escocés y, lo que es más importante, al pueblo escocés". "Hay en Escocia importantes opiniones que indican que debemos tener más poderes, en particular en la creación de empleos", agregó.