Saná/Nueva york. La presión ejercida por la revuelta popular de los yemeníes, que desde el pasado mes de enero se han manifestado en las calles del país, llevó ayer al presidente Ali Abdalá Saleh a firmar en Riad la iniciativa del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), que supone su retirada del poder y la celebración de elecciones presidenciales, un paso esencial para salir de la crisis que sacude Yemen desde hace diez meses.

Durante la ceremonia, que tuvo lugar en la capital saudí, la coalición opositora yemení Encuentro Compartido rubricó el mecanismo de aplicación de este acuerdo, auspiciado por los países CCG y que estipula que Saleh delegue el poder en el actual vicepresidente, Abdo Rabu Mansur Hadi, en el plazo de 30 días.

Saleh, que rehusó firmar el pacto en repetidas ocasiones, aseguró ayer que su intención "no era monopolizar el poder" y afirmó que siempre quiso llevar a cabo la transición de forma pacífica.

En un discurso tras la firma del acuerdo, Saleh culpó a sus detractores de haber retrasado este momento y alargado la crisis, al asegurar que los partidos políticos rehusaron esta vía y se unieron a la oposición.

El mandatario yemení manifestó que lo que sucede actualmente en Yemen es "una violación a la Constitución", aunque anunció que colaborará con la oposición en esta nueva etapa. .