BOGOTÁ. Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) descartaron ayer que la muerte de Alfonso Cano, alias de su comandante jefe, lleve a la paz por la vía de la desmovilización de los insurgentes. "La paz en Colombia nacerá de la abolición definitiva de las causas que dan nacimiento al alzamiento", notificó el Secretariado o mando central rebelde en un comunicado difundido por su sitio en Internet.

Cano, cuyo nombre verdadero es Guillermo León, antropólogo de 60 años y con casi cuatro décadas de trayectoria rebelde, sucedió al fundador y hasta entonces único mando máximo de las FARC, Manuel Marulanda Vélez o Tirofijo, alias de Pedro Antonio Marín, que murió casi octogenario, de una crisis cardíaca.

"La única realidad que simboliza la caída en combate del camarada Alfonso Cano es la inmortal resistencia del pueblo colombiano, que prefiere morir antes que vivir de rodillas mendigando", sostuvo el Secretariado.

Cano murió el viernes por la noche en una zona montañosa del departamento suroccidental del Cauca, acorralado por las fuerzas de seguridad, mediante una gigantesca operación por tierra y aire.

Por su parte, la familia de Cano pidió ayer a la Fiscalía General de Colombia que le entregue el cadáver del líder guerrillero. El Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses en Bogotá será el encargado de entregar el cuerpo a la familia después de practicarle la autopsia.