Al menos cinco personas murieron ayer, la mayoría en la capital, Saná, según informan fuentes médicas, en la última operación de las fuerzas de seguridad para reprimir a los manifestantes que piden la dimisión del presidente Alí Abdulá Salé. Fuentes médicas informaron de que recibieron al menos cuatro cadáveres en el hospital de campaña levantado en la calle Sixty. Los manifestantes, según testigos, quedaron atrapados entre dos zonas; una controlada por las fuerzas de Salé, y la otra en manos de la poderosa tribu guiada por Sadeq al Ahmar.