Dinamarca. El centro-izquierda danés encabezaba ayer todas las encuestas de intención de voto con una ventaja sólida, por lo que podría regresar al poder tras una década de gobiernos de derechas y aupar a una mujer, a la líder socialdemócrata Helle Thorning-Schmidt, al cargo de primer ministro por primera vez en la historia de Dinamarca.

Los últimos sondeos situaban a la actual oposición con el 52% de los votos, cinco puntos por encima del bloque gubernamental, que desde hace días ha visto frenada su remontada, propiciada por los ataques a la desunión del centro-izquierda, sobre todo en materia de inmigración.

Desde que en 2001 la coalición de liberales y conservadores accedió al poder tras una durísima campaña, gracias al apoyo del ultraderechista Partido Popular Danés, la inmigración ha sido en mayor o menor medida el principal tema de las elecciones, aunque en esta ocasión ha quedado relegada a un papel menor.

La campaña ha girado en torno a la crisis económica, la lucha contra el desempleo -situado en el 6%, el doble que hace dos años- y en cómo tapar el agujero de 47.000 millones de coronas (6.300 millones de euros) en las cuentas públicas que los expertos dicen que hay que cerrar antes de 2020.

El Gobierno apuesta por dos programas de reformas, que recortan las prestaciones por desempleo, el cheque infantil y las ayudas a estudiantes, y que también pretenden retrasar la edad de jubilación y prejubilación.

La líder socialdemócrata, Helle Thorning-Schmidt, defiende por su parte una negociación a tres bandas con patronal y sindicatos para aumentar la jornada laboral.

Asimismo, aboga por instaurar un impuesto para millonarios, aumentar la presión fiscal sobre las pensiones elevadas y subir los impuestos al tabaco y los alimentos considerados poco sanos.

Independientemente de quién sea el ganador de las elecciones de hoy, que deberá además conducir al país durante la presidencia rotatoria de la UE en el primer semestre de 2012, los analistas consideran que serán necesarios pactos amplios y flexibles, incluso a ambos lados del espectro político, para sacar adelante los proyectos políticos de ambos partidos.