Islamabad. Un ataque suicida enlutó ayer el mes de Ramadán en Pakistán y acabó con la vida de al menos 45 fieles congregados en una mezquita cerca de la frontera afgana, una zona controlada por grupos talibanes y redes criminales. Una fuente oficial de la región tribal de Khyber explicó que otras 80 personas sufrieron heridas a causa de la deflagración, que tuvo lugar a las 13.45 hora local (08.45 GMT), durante el rezo comunitario de los viernes. Muchos de esos heridos fueron trasladados a Peshawar y fuentes de la administración de Khyber no descartaban que el cómputo de fallecidos aumente con el paso de las horas debido a la gravedad de algunos heridos.

El templo atacado se alzaba en la zona de Jamrud, situada en las afueras de Peshawar, capital de la provincia noroccidental de Khyber-Pakhtunkhwa, y a pocos kilómetros de la frontera afgana. Al parecer, un suicida irrumpió en la mezquita de Al Medina a través de una ventana durante la oración e hizo estallar la carga explosiva que portaba. Fuentes locales aseguraron que el atacante tenía entre 15 y 16 años y que recordaron que el atentado tiene lugar días después de que las tribus de Jamrud negaran la entrada a los talibanes. "¿Quién me sacará ahora de la zona?", exclamó el adolescente antes de detonar los explosivos.

Fuentes de la administración de Khyber no confirmaron la edad del suicida ni la hipótesis de que el ataque, el más grave sufrido por Pakistán este mes de Ramadán, pudiera deberse a una venganza de los talibanes contra tribus de la zona. En esta provincia está el principal paso que une Pakistán con Afganistán.