kabul. Al menos 78 personas han muerto en las últimas 48 horas en combates entre las fuerzas de seguridad y un grupo de insurgentes en la provincia de Nuristán, en el conflictivo este de Afganistán, según informó ayer una fuente oficial.

Los choques se iniciaron el pasado lunes cuando un grupo de insurgentes que cruzó desde el vecino Pakistán atacó puestos de la guardia de fronteras afgana en el distrito de Kamdesh, según explicó el gobernador provincial, Yamaludín Báder. Entre las víctimas mortales hay al menos 40 integristas, 33 miembros de las fuerzas de seguridad afganas y cinco civiles -incluidas dos mujeres-, según la fuente. Sin embargo, en declaraciones a la agencia local AIP, el portavoz talibán Zabiulá Muyahid situó no obstante el número de insurgentes fallecidos en cuatro y el de heridos en seis.

Frontera El gobernador Báder dijo que los combates "han cesado por el momento", aunque deslizó que "algunos rebeldes podrían estar todavía escondidos por la zona". Según el mandatario fiel al Ejecutivo de Kabul, las tropas internacionales ofrecieron apoyo aéreo a la guardia de fronteras durante los enfrentamientos.

En las últimas semanas se han registrado numerosos ataques a ambos lados de la porosa frontera afgano-paquistaní que han calentado el ánimo de los gobiernos de estos países, sobre todo en Afganistán. Fuentes militares de Afganistán aseguraban ayer a los medios de comunicación que en este periodo varios centenares de misiles de mortero han sido disparados desde Pakistán hacia suelo afgano, lo que ha causado decenas de muertos y heridos entre la población civil.

Las autoridades paquistaníes atribuyen las acciones a grupos insurgentes de confesión talibán, o no admiten que sus fuerzas las hayan llevado a cabo y también han denunciado ataques recientes en su territorio a cargo de integristas procedentes de Afganistán, como uno ocurrido ayer en la demarcación noroccidental de Dir.